La recurrente maldición de las lesiones en la cancha de Platense derivó en otro empate que dejó a River ya con una última bala para pelear la Liga: ganarle a Vélez la próxima fecha, aunque ya con las semifinales de la Libertadores y la tabla anual como prioridades.
Como si tuviera que pagar una maldición por haber condenado a Platense al descenso en 1999, cada regreso de River a Vicente López implica un problema. Tras la vuelta a Primera del Calamar, las dos visitas anteriores terminaron en graves lesiones, primero de Javier Pinola (fractura de antebrazo en febrero de 2021) y luego de Enzo Pérez (luxación de codo en noviembre del mismo año).
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Aunque no parecen tan graves, pero sí muy inoportunas dado la inminencia de la semifinal de la Copa Libertadores, esta vez River se fue con tres lesionados de su visita a Platense. Fecha FIFA mediante, el equipo de Marcelo Gallardo no jugará en los próximos días pero tendrá que seguir las evoluciones de Marcos Acuña, Germán Pezzella y Fabricio Bustos como un asunto de Estado riverplatense.
Aquellos dos partidos, al menos, River había ganado 1-0. Esta vez, el 0-0 se pareció mucho a la anteúltima oportunidad perdida para pelear por el bicampeonato. Con 30 puntos por jugarse y 11 por debajo del líder Vélez, resulta una obviedad decir que el próximo partido, justamente ante el club de Liniers, será la última chance de River para pelear el título.
Una mirada más realista, en verdad, parecería indicar que la liga ya parece (casi) imposible: no sólo se trata de chances matemáticas sino también de que River jugará con muchos suplentes y con la energía puesta en la Copa durante varias de las próximas fechas.
Hace 10 años que River juega la Libertadores ininterrumpidamente: la última vez que no se clasificó fue para la edición 2014, justo cuando asumió Gallardo, que en 2015 ganaría la tercera estrella. A tres partidos (hipotéticos) de ganar la quinta Copa, está claro cuál es la prioridad a esta altura de la temporada, ya entrado octubre.
Lógicamente, cualquier hincha de River quiere ganar todo, también la liga, pero la irregularidad en el torneo -las derrotas en el final del ciclo de Martín Demichelis y la mayoría de empates desde la llegada de Gallardo- llevan a mirar a la tabla anual como un coaseguro para entrar a la Copa 2025.
Los números en la sumatoria de la temporada son positivos pero tampoco sobran. Si Godoy Cruz le gana a San Lorenzo el partido pendiente, River pasaría a ubicar el cuarto puesto, el último de clasificación a la Copa (Vélez liberaría su cupo en caso de salir campeón). Hoy el equipo de Gallardo (52) tiene un colchón de tres puntos sobre Boca y Racing (49), una ventaja bienvenida pero que no ofrece garantías cuando restan por jugarse 30 unidades más.
Todas las energías apuntan a la eventual vuelta olímpica en el Monumental el 30 de noviembre, por la Libertadores, que de paso implicaría el pase para la Copa del año que viene. Pero si salir campeón 2024 es una obsesión, clasificar a 2025 es una obligación.
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