Ni siquiera el 1-1 de Edinson Cavani sirvió para calmar la furia de los fanáticos del Xeneize, que cantaron contra el rendimiento de los dirigidos por Fernando Gago cuando terminó el partido de la fecha 19 de la Liga Profesional. También hubo silbidos para Pol Fernández.
Y un día, La Bombonera reventó. Pese a la clasificación a las semifinales de la Copa Argentina obtenida durante la semana pasada, el nivel que mostró el equipo de Fernando Gago en los empates 1-1 ante Gimnasia y Esgrima La Plata en Rosario y Deportivo Riestra en Brandsen 805 provocó que la hinchada explotara en un grito crítico de guerra tras el final del partido contra el Malevo de Pompeya, que lo tuvo debajo en el marcador hasta los 22 minutos del segundo tiempo.
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El estadio ya había mostrado disconformidad con determinados nombres propios. Por ejemplo, Guillermo Fernández, quien confirmó tiempo atrás que no renovará su contrato en diciembre, fue silbado en su ingreso al campo de juego para reemplazar a Ignacio Miramón, de floja performance, cuando faltaban poco más de 20′ para el cierre del encuentro. Para colmo, Pol recibió la roja directa por cortar una ocasión manifiesta de gol del elenco de Cristian Fabbiani en la última jugada y también escuchó la reprobación de las tribunas, a pesar de que algunos lo aplaudieron en un gesto de respaldo.
Asimismo, la hinchada había expresado su enojo en tramos puntuales del partido con el famoso cantito de “Movete, Xeneize, movete”, que La 12 decidió no acompañar. No obstante, una vez que el árbitro Yael Falcón Pérez decretó el 1-1 con su estruendoso pitazo, el resto de los sectores, exceptuando a la barrabrava, entonaron un tema que liquidó la función del equipo de Fernando Gago. “Jugadores, no rompan las pelotas, a ver si se dan cuenta, que están jugando en Boca”, estalló en el corazón del Alberto J. Armando.
Hacía tiempo que los hinchas del Xeneize no se unían en un reclamo generalizado para su plantel, que todavía no pudo ganar en los 90 minutos regulares desde la llegada de su entrenador. Hasta ahora perdió por 3-0 ante Tigre en Victoria y empató contra el Lobo platense y el Malevo. El antecedente más próximo de una actitud así ocurrió en una igualdad 1-1 entre el club de la Ribera y Godoy Cruz el 20 de abril de 2022, cuando el técnico era Hugo Benjamín Ibarra. En aquella ocasión, tronaron: “A ver, a ver los jugadores si pueden oir, con la camiseta de Boca es ganar o morir”.
De todas formas, el ambiente ya venía caldeado desde la derrota a manos de un River alternativo en el Superclásico del pasado 21 de septiembre. Al término del cotejo, se escucharon fuertes silbidos, como una muestra de la sensación que había dejado el nivel de los jugadores. Además, ese enojo se sumó a la desafortunada reacción que tuvo Sergio Romero, al trepar el cordón de seguridad para discutir cara a cara con un grupo de plateístas que reclamaron por sus errores en el gol de Manuel Lanzini.
De hecho, Chiquito había vuelto a La Bombonera este domingo después de cumplir las dos fechas de suspensión interna y también había sido destinatario de aislados silbidos. Sin embargo, el clima en la cancha arrancó más optimista, con La 12 entonando canciones contra Gimnasia -luego de la pelea que frenó Juan Román Riquelme en el estadio Marcelo Bielsa de Rosario- y algunos hits cotidianos. Pero el “Movete” que nació en la tribuna Sur como una especie de rebelión marcó la agenda que culminó con un severo grito de cierre: “jugadores, la c… de su madre, a ver si ponen huevos, que no juegan con nadie”. Clima caliente en Bradsen 805…
