El delantero paraguayo analizó el duro semestre que atravesó el Rojo, habló de su futuro en medio del interés de Olimpia y Talleres, y dejó un mensaje claro: sueña con terminar la sequía local que persigue al club desde 2002.
Gabriel Ávalos atraviesa días de especulaciones por su futuro, pero mientras Olimpia y Talleres preguntan por él, el goleador no se mueve de un objetivo: quiere romper la racha de 23 años sin títulos locales que arrastra Independiente. El paraguayo, pieza clave en un semestre turbulento para el Rojo, habló sin filtros de lo que dejó el Clausura y de lo que viene.
El elenco de Avellaneda cerró una temporada desgastante, marcada por una racha inexplicable de 15 partidos sin ganar, una caída en su funcionamiento y el abrupto final del ciclo de Julio Vaccari. La eliminación por penales frente a Huracán en las semifinales del Apertura fue el punto de quiebre: luego llegó Gustavo Quinteros, que necesitó tiempo, pero terminó enderezando el cierre con cuatro victorias consecutivas para sostener la ilusión de meterse en la Copa Sudamericana.
“Costó muchísimo el segundo semestre. Realmente la pasamos mal, pero estuvimos fuertes y pudimos cambiar la cara sobre el final”, sostuvo Ávalos en diálogo con Radio La Red, repasando un tramo del año que dejó más dudas que certezas para el plantel.
A pesar del interés de Olimpia y Talleres para 2026, el delantero aseguró que no toma decisiones lejos de Avellaneda. “No hablé con nadie, tengo la cabeza en Independiente. Me queda un año de contrato”, afirmó. Y enseguida dejó en claro cuál es su motivación: “Soñamos con poder romper la racha de 23 años sin lograr un título local”.
El goleador también explicó qué modificó la llegada de Quinteros en un plantel golpeado. “Nos expresó confianza a cada uno. Sabíamos lo que podíamos dar, pero él vino y levantó el ánimo de todos”, destacó.
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Respecto a la chance de clasificar a la Sudamericana, Ávalos no esconde la espina: “Tenemos la ilusión, pero nos habría gustado llegar por nuestros propios medios”. Vale destacar que para que el Rojo obtenga el cupo, necesita que Boca o Racing, que se enfrentan en semifinales, terminen consagrándose campeones del Clausura.
El 2026 aparece cargado de desafíos para Independiente: reconstruirse, competir y, como insiste Ávalos, intentar que el título local vuelva a Avellaneda después de más de dos décadas.
