El delantero argentino, con nueve tantos en el Clausura 92, se preparaba para vivir su primera experiencia en Europa, pero nada salió según lo planeado. Conocé la historia completa.
Diego Latorre fue el goleador del torneo Clausura de 1992 jugando para Boca. En aquel campeonato, en el que le convirtió dos goles a River Plate en la fecha 11, se consolidó como una de las figuras del plano local, por lo que su representante Settimio Aloisio le consiguió un ofrecimiento de la Fiorentina. Ya en Italia, el delantero sufrió un duro revés cuando su mánager fue detenido.
A sus cortos 22 años, para él la vida iba de la mejor manera. En Argentina, era estrella de uno de los conjuntos más populares, y la llegada a una institución importante del Viejo Continente parecía ser la mejor opción para seguir con su ascendente carrera.
Lo que el jugador del Xeneize no sabía era que una vez llegados a Roma, donde esperaban a los dirigentes del equipo italiano, la policía se llevaría detenido a su mánager, quien estaba envuelto en problemas legales por un traspaso que incluía a Diego Simeone y Claudio Caniggia. Durante su estadía en la ciudad capital, jugó torneos de fútbol 5 por plata y se puso de novio con la recepcionista del hotel, todo mientras no tenía contrato y no sabía que sería de su futuro.
En aquella época, jugar en Italia era lo máximo a lo que un futbolista podía aspirar, incluso el mismo Latorre lo definió cómo “la meca del fútbol de aquel momento“. Además, en el club de la ciudad de Florencia estaba Gabriel Batistuta, quien tiempo después se transformaría en una pieza clave para resolver el conflicto entre Gambeta y Fiorentina.
Para Latorre, el abrupto cambio entre ser el goleador del fútbol argentino a quedar varado en un hotel en Roma sin que nadie quiera hacerse cargo de él, ni de la cuenta del alojamiento, fue un antes y un después en su vida. Sin saber qué hacer, buscó ayuda con Bati, pero el delantero centro todavía no tenía los pergaminos suficientes en Italia como para interceder a favor de su compatriota.
A la situación desesperante de no tener quien lo ayude, se le sumó que el presidente de la Fiorentina no sabía quién era. En una entrevista con el programa de streaming Paren La Mano, el exjugador de Racing y Tenerife contó que ni si quiera sabía cuál era su pierna hábil. “Me tuvo 30 minutos esperando en la casa y cuando me vio no sabía nada de mí. Ahí me di cuenta que en la vida todo da vueltas“, agregó. En el medio, además, se comunicó con Carlos Heller, el vicepresidente de Boca, quien le avisó que no podían repatriarlo porque ya estaba cerrado el mercado de pases.
A la vuelta de donde se estaba alojando había un club de fútbol al que se asoció para, por lo menos, poder jugar al fútbol 5 y no abandonar por completo la actividad. De ser uno de los mejores del Clausura 92, hacerle dos goles a River y convertir siete tantos más durante el torneo, pasó a enfrentar a italianos desconocidos en una competencia amateur.
Finalmente, Batistuta terminó “negociando” con el club y le consiguió a su excompañero una prueba en un entrenamiento. Latorre se lució, y en una de las primeras jugadas metió un gol de chilena. Con ese tanto se ganó el pase para ser parte del equipo titular durante el resto del día, en el que convirtió dos veces más.
Después de lucirse, inmediatamente decidieron ofrecerle un contrato. Tras varios meses de no saber que sería de su futuro, consiguió mostrarle a los dirigentes de Fiorentina quién era. De todas maneras, solo se quedó hasta el final de la temporada y jugó dos partidos antes de irse al Tenerife.
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