Los últimos seis goles recibidos fueron de cabeza, un tema sin solución y preocupante para el equipo de Martín Cicotello.
Independientemente del sistema defensivo utilizado por Martín Cicotello, cuatro o cinco defensores a la hora de marcar en la cancha de arriba el saldo es sumamente negativo en Independiente Rivadavia. De los siete goles recibidos en la presente edición de la Liga Profesional seis se los convirtieron de cabeza.
La desfavorable estadística que arrastra la Lepra arranca frente a Huracán y el gol de Ignacio Pusseto, posteriormente un doblete de Gianluca Ferrari para Atlético Tucumán, luego Cristián Medina para Boca y finalmente los tantos de Bruno Barticciotto y Juan Rodriguez para Talleres, todos bajo un dominador común: lo marcaron de cabeza.
Los factores son varios y más allá de las virtudes del rival hay groseros errores individuales y grupales, desinteligencias defensivas y hasta desconcentraciones para marcar tanto la pelota parada como en movimiento cuando el juego viene por arriba.
A este problema por ahora sin solución, se le suma el agravante que en los dos últimos partidos los tantos en contra llegaron sobre el final de cada juego, tanto Boca como Talleres desnudaron aún más las falencias a la hora de defender el juego aéreo.
Independiente Rivadavia deberá corregir a tiempo una situación que se repite fecha tras fecha, una clara falencia del equipo de Cicotello que le ha costado puntos valiosos y que en balance final lo puede pagar caro.
