Más de 15 años atrás, el Huevo viajó de Zapala a Buenos Aires con el sueño de jugar en el Millonario pero recibió una respuesta negativa, al igual que en otros clubes como Boca. Ahora, se suma a las filas de Marcelo Gallardo.
Quién lo hubiera dicho. A más de 15 años de haber armado el bolso para arrancar la travesía desde Zapala a Buenos Aires con el sueño de ser futbolista y encontrarse con una dura negativa de River después de una serie de pruebas, Marcos Acuña, con el mote de campeón del mundo y una importante trayectoria recorrida, regresará a Núñez para ser refuerzo de Marcelo Gallardo.
Las vueltas de la vida. Con apenas 17 pirulos, el Huevo, como lo apodaron en el Club Don Bosco de su ciudad mientras daba los primeros pasos con la pelota, emprendió rumbo a la capital del país para darle forma a su deseo de jugar al fútbol. Al principio, la cosa no iba bien: intentó mostrarse en Boca, San Lorenzo, Argentinos, Tigre y justamente también en el Millonario; pero en todos la respuesta fue “no”.
“Era muy difícil quedar, en cada prueba había más de 50 chicos. No lloraba, pero me enojaba. Pensaba: ‘Vengo de tan lejos y casi no me miran…’. Se nos hacía muy difícil venir a Buenos Aires”, contó alguna vez el lateral izquierdo de la Scaloneta que fue comprado por River y el martes estará llegando a Argentina para firmar contrato.
Entre la frustración por no haber quedado en ningún club y la distancia con la familia que empezaba a afectarlo, Acuña se tiró un último lance y ahí todo tuvo sentido: quedó en Ferro, donde finalmente debutaría y crecería hasta que lo compró Racing. El resto, historia conocida: Sporting Lisboa y Sevilla, con años de Selección Argentina en el lomo, siendo bicampeón de América y del mundo.
Ahora, “vuelve” a River. Ya no motorizado por ese anhelo de patear una pelota profesionalmente, sino para continuar una exitosa carrera y ni más ni menos que porque Gallardo lo llamó especialmente para que llegue al Monumental para nutrir la banda izquierda.
