2025-02-24
Independiente, con la fórmula de la casa

Independiente, con la fórmula de la casa

El Rojo volvió a ganar de local, donde se hace fuerte jugando al fútbol y tiene paciencia para llegar al gol. La ilusión crece de la mano de buen juego e individualidades en gran nivel.

En Avellaneda es otra cosa e Independiente muestra su mejor cara y los números lo respaldan con ocho triunfos consecutivos. El equipo de Julio Vaccari sabe qué herramientas utilizar para ir desgastando a su rival y tiene la paciencia necesaria para seguir buscando hasta llegar al gol. En su casa, el Rojo no especula, no espera ni desespera. Trata de construir el triunfo desde el juego asociado y con un incansable empuje va al frente siempre.

Independiente de local no sólo gana sino que además está mostrando un nivel colectivo muy alto que hace que algunas individualidades se destaquen cada vez más. Kevin Lomónaco anticipa y sale jugando con una firmeza y decisión que contagian desde el fondo e Iván Marcone recupera, empuja y siempre busca clarificar la jugada. Con Felipe Loyola, el club tiene un futbolista de excepción que parece que siempre tiene una marcha más para avanzar, y con Álvaro Angulo tiene un arma de potencia para pisar el área con una decisión que hace tiempo que no se ve en un lateral en el Rojo.

Sinceramente, en esta columna todo parece una excusa para volver a elogiar al 10 de Independiente. Luciano Cabral volvió a regalarle a la gente esa cuota de fútbol que parece extinguida. Es un jugador que parece tan de otra época que por momentos hasta tiene esas lagunas típicas del crack de antaño. En sus intervenciones se ven esas cosas que al hincha de Independiente le pueden.

El 10 tuvo la inteligencia para que en un movimiento en el que no tocó la pelota, el lateral colombiano quedara mano a mano y con toda su potencia rompa el cero. En Cabral vive el espíritu del jugador que enamora con su talento y desparpajo. En él vive también ese espíritu de jugadores como Ignacio Malcorra, Luis Miguel “El Pulga” Rodríguez pero sobre todo, en Cabral noto esos destellos con los que se ganó a la gente Federico Insúa. Nadie podrá negar que ver al 10 de camiseta roja gambetear o habilitar sin tocar la pelota es algo que nos gusta más que un simple corredor. Así nos lo han enseñado.

Independiente por momentos hace eso, trata de jugar con las herramientas que siempre usó pero que parecían vetustas y más de uno rechazaba, pero son las que siempre le funcionaron y no sólo para ganar sino para lograr eso único que se siente cuando el Rojo gana jugando bien. Las caras a la salida del estadio eran un reflejo de esto. Risas, abrazos, fútbol y alegría. En este club su gente es así, a veces las necesidades o la malicia ajena nos quiere empujar a un lugar que no nos pertenece. Y no hablo de resultados, que son los que mandan, no tengo dudas. Pero había que ver esas caras desandando el camino por Alsina, Díaz Velez o los Siete Puentes para entender que significaba esa felicidad: ganó Independiente y jugando al fútbol.

El año recién empieza y las ilusiones o frustraciones pueden romperse o aparecer a la vuelta de la esquina, no es algo nuevo. El trabajo de Vaccari es seguir provocando esto en sus jugadores para que se replique más y mejor. En casa y afuera. Por copa o por campeonato. Pero ahora, que el hincha disfrute el buen momento y que el entusiasmo crezca a base de la fórmula de la casa.

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