En el triunfo del Rojo por 3-0 sobre Unión se vivieron minutos de tensión: la barra oficial y la disidente buscaron trenzarse en el segundo tiempo, pero la Policía lo impidió. Se espera un nuevo capítulo en el próximo partido de local en el Libertadores de América.
Lainterna de la barra de Independiente estuvo anoche a nada de estallar nuevamente y generar una situación que podría haber sido dramática. Porque la barra oficial llamada Los Dueños de Avellaneda y que se ubica en la tradicional tribuna Norte salió cuando promediaba el segundo tiempo a buscar a sus rivales internos denominados La gloriosa banda de Independiente que van a la popular Sur Alta.
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Fueron más de 200 barras los que intentaron primero pasar por la parte baja interna del estadio, pero no lograron abrir ni que las autoridades les habiliten los portones para ir por detrás de las plateas. Entonces salieron a la calle para ir por afuera. Lo mismo hicieron los cerca de 100 que estaban de la disidente. Y cuando la Policía vio los huecos, logró actuar con rapidez y hubo tres cuerpos de infantería que se desplegaron y lograron parar a Los Dueños de Avellaneda a menos de 100 metros de dónde estaba la gente de La Gloriosa Banda, que terminó siendo escoltada para que se vayan de Avellaneda sin sufrir represalias. Pero la situación está hecha un polvorín y nadie apuesta un peso a que se pueda controlar.
¿Qué pasó esta vez? El club y la gente de Seguridad estaban muy atentos a lo que pudiera ocurrir en la Asamblea de la institución que se realizó el lunes para tratar el balance del período 2023/24 que fue finalmente aprobado. La facción disidente había anunciado su presencia y como la oficial también iba a estar, el choque era inevitable. Gente de la comisaría Primera de Avellaneda, que está cambiando sus autoridades por estos días, no querían que el final de la vieja gestión fuera con un escándalo de proporciones entonces se negoció que no aparecieran por la sede el lunes a cambio de dejarlos entrar el martes al partido contra Unión haciendo la vista gorda sobre todo por el tema banderas, que es lo que marca la presencia de una facción, y un relajamiento casual de los derechos de admisión.
Así las cosas, el bando que se referencia en los hermanos Escubilla, Jona Cardozo, el gordo Pablo José y Seba Mansilla copó la tribuna Sur Alta y puso una bandera con las siglas de su grupo. Pero además en un momento dado empezaron a sacar bengalas y en un hecho insólito, a tirarlas hacia abajo. ¿Por qué? Porque en esa parte del estadio va otra facción de la barra, la que se llamaba históricamente Somos Nosotros y tiene como punto de referencia a César Loquillo Rodríguez y que navega equidistante entre los otros dos grupos y que después de un acercamiento con la facción disidente, terminó alejándose nuevamente. Y una de esas bengalas terminó pegando en la cabeza de un integrante de este grupo.
Ante esa situación se activaron los teléfonos y las alarmas y el bando oficial que dirigen Mario Nadalich y Juan Ignacio Leczniki decidieron que el desafío planteado necesitaba una respuesta acorde. Así salieron casi 200 de los propios a tomar venganza que afortunadamente no logró materializarse. Este es el tercer hecho de violencia que enfrenta a ambos bandos, cuyo punto más crítico fue dos meses atrás con una balacera en la parrilla El Tano en Wilde. Cabe recordar que la situación no se da solamente en el marco de un enfrentamiento entre los barras sino también que estos tienen vía libre para moverse por el club, como sucedió el sábado pasado cuando los jefes de la oficial fueron al predio de Villa Domínico y apretaron al plantel sin que la institución hiciera ningún tipo de denuncia judicial sobre el tema.
¿Qué puede pasar ahora? El próximo partido de local del Rojo esta pautado para el miércoles 20 y hay bastantes días para que la Policía y el Aprevide hagan un trabajo de inteligencia que pueda prevenir una batalla de consecuencias imprevisibles. Por lo pronto ya hay una denuncia judicial en el fuero correccional por el uso de las bengalas anoche y se está trabajando para identificar a quienes las ingresaron y las manipularon, para meterlos en el derecho de admisión. Y la Policía dice que habida cuenta de lo sucedido va a cortarles los beneficios a aquellos con los que se acordó que pudieran entrar ayer a cambio de que no asistan a la asamblea del lunes pasado. Sobre la barra oficial que se maneja a sus anchas no hay nada. Mientras, el perjudicado es el hincha común que como siempre queda en el medio de facciones que hacen su negocio sin importarle demasiado lo que ocurra con Independiente.
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