Convirtió el penal más importante en la historia del Ciclón, en el triunfo 1-0 sobre Nacional de Paraguay en la final de la Libertadores 2014, y ahora fue echado de su puesto como mánager dentro del arco político de Marcelo Moretti.
La historia de Ortigoza en San Lorenzo se divide en dos: de ser ídolo a ser uno más, de poseer estatus de referente a ubicarse en la historia como un dirigente más de tantos. De patear el penal más importante de la historia del club, en el triunfo 1-0 sobre Nacional de Paraguay en la final de la Libertadores 2014, a ser echado de sus funciones como mánager.
Llegó a San Lorenzo en 2011, con la chapa de haber salido campeón con Argentinos Juniors. Estuvo un año y medio donde no tuvo un buen nivel. Jugó pocos partidos y flojos rendimientos, en un equipo que venía realmente mal por una situación financiera de la institución muy mala. En sintonía fue que le tocó tener un montón de entrenadores ya que cambiaban a cada rato, cada uno con estilo diferente: desde Ramon Díaz a Leonardo Madelón, de Madelón a Ricardo Caruso Lombardi. Un popurrí.
Sin embargo, fue clave para evitar el descenso en 2012: convirtió el penal frente a Instituto que le permitió al Ciclón su permanencia en Primera. Por el bajo rendimiento se fue a préstamo a Emirates Club, aunque regresó un año después, con Juan Antonio Pizzi como DT. Fundamental en el equipo campeón del Torneo Inicial 2013, levantó su nivel y empezó a jugar muy bien. El doble 5 con el Pichi Mercier lo terminó asentando como indiscutido, siendo la manija.
De ahí nace el equipo que en 2014 ganó la Libertadores, ya con Edgardo Bauza. Ortigoza fue el gran estandarte, siendo capitán y figura. Pateó el penal más importante en la historia del club contra Nacional. Coronó ese estado de gracia siendo subcampeón del Mundial de Clubes, cayendo en la final ni más ni menos que con el Real Madrid.
Se fue el Patón, llegó Pablo Guede. Decían que no lo quería, que buscaba algo más dinámico, pero terminó jugando y siendo importante. Su problema no fue futolístico, sino que fue fue dirigencial: el primer desgaste lo tuvo con Matías Lammens, presidente del club en aquel entonces, a partir de 2016. Este creía que necesitaba un recambio generacional y empezó a deshacerse de jugadores grandes.
Ortigoza fue combativo y terminó yéndose sin renovar contrato. Nunca se pusieron de acuerdo en los términos -porque no quisieron- y así se fue, sin pena ni gloria. Pasó por Olimpia, Rosario Central y Estudiantes de Río Cuarto, para retornar en 2021 y retirarse.
Rápidamente se forzó la unión política con Marcelo Moretti para ganar las elecciones. Los chispazos que tuvo con Lammens como jugador, los tuvo con Moretti como dirigente. Fueron un montón de diferencias irreconciliables que terminaron corriéndolo de su cargo como mánager. Sigue siendo vocal, pero sin funciones prácticamente.
“Habrá una nueva Secretaría de Fútbol Profesional. Estará liderada por el dirigente Julio Lopardo, quien ya fue presentado por el presidente ante el plantel profesional y el cuerpo técnico luego del entrenamiento matutino de este domingo”, informó el club en un comunicado, que además se encargó de destacar que la decisión fue tomada por “el presidente Marcelo Moretti”. En tanto, el vocal Alejandro Tamer y los exjugadores Ángel Bernuncio y Norberto Ortega Sánchez serán los otros tres integrantes.
Orti va a reuniones de comisión directiva, pero sin inejerencia en el fútbol, que era por lo que fue elegido. Le pidieron que no fuera a las cancha, que dejara pasar el clima feo en San Lorenzo. Paradójico lo del exvolante, que pasó de ser ídolo máximo en tiempos modernos a ser un dirigente echado de sus funciones.
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