Sobre el final del partido ante Barracas, los hinchas que estaban en la popular se expresaron entonando “que se vayan todos”, un cántico que jamás se había escuchado desde que el dirigente tomó las riendas del club a finales de 2015. ¿Qué reclama la gente?
Las estadísticas marcan que Argentinos ganó 4 de los últimos 20. Y también que es el peor equipo de visitante, al haber conseguido solo 1 punto sobre 33. En la tabla anual, el Bicho pasó de estar en puestos de Libertadores a quedar afuera de la Sudamericana. Se fue Pablo Guede y llegó el interinato de Cristian Zermatten, que duró 12 encuentros. Ahora, el que conducirá hasta el final es NorbertoBatista, el interino del interino, que comenzó con el pie izquierdo ante Barracas Central, el último de la Liga Profesional.
“Jugadores, la c… de su madre”, bajó desde la popular, ni bien Manuel Duarte abrió el marcador para el Guapo. No es el primer reclamo del hincha, ya ocurrió durante el último lapso del ciclo Guede, aunque el principal apuntado fue el entrenador. Que una persona como Zermatten, muy querido en el club, haya pegado el portazo avivó las llamas. Pero, lo que no se esperaba, era la canción del final, cuando el árbitro terminó el partido: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.
Vale recalcar que el enojo partió desde la popular lateral (García Miramón). No fue de todos los simpatizantes, como si sucedió cuando se acordaron del Presidente de la AFA, Claudio Tapia. De hecho, a la salida, varios hinchas manifestaron su desacuerdo por los insultos a los jugadores. Algunos pensarán, ¿por qué el fastidio? Si Argentinos no caía en La Paternalhacía ocho duelos y, además, ganando los próximos dos partidos se metería en zona de copas.
La bronca de la gente es por crisis futbolística, no institucional: el último mercado de pases, no representar la historia del club a la hora de jugar y no haber estado a la altura en la Copa Argentina y Sudamericana. Los hinchas extrañan a Marco Di Césare, flamante campeón con Racing, Federico Redondo, Kevin Mac Allister, Gabriel Ávalos, Santiago Montiel y Luciano Gondou. Algunos, también añoran a Franco Moyano, que dejó 178presencias con la casaca roja. Es verdad, todos los clubes deben vender, pero los refuerzos que llegaron jamás pudieron reemplazar estos nombres.
Sin un entrenador que asome en el horizonte, la paciencia de algunos se agotó. Antonio Mohamed estuvo al caer, aunque tampoco tenía el aval total de la gente, a diferencia de Gabriel Heinze. Con el Chino Batista, los dirigentes tendrán el tiempo suficiente para decidir quién comande la nave en 2025. Mientras, el hincha siente que Argentinos regala prestigio. Y los resultados en el fútbol, lamentablemente, son los que mandan…
La gente apuntó contra todos: ¿Es el peor momento de Malaspina desde que asumió?
Las obras en los diferentes predios continúan. De hecho, el próximo sábado se colocará la piedra fundamental que dará comienzo a la construcción de la nueva tribuna de la calle San Blas, que tendrá tres bandejas. Sin embargo, estas reformas y mejoras, importantísimas para cualquier club, no ocultan el descontento de al menos un sector, cuyos simpatizantes se expresaron al finalizar el partido con Barracas Central.
Tras doce años de Luis Segura como cabeza principal, Cristian Malaspina asumió la presidencia del Bicho a finales de 2015. Con 38 años se convirtió en el presidente más joven de la historia del club. En su primer semestre, en el cual optó por Carlos Mayor y, luego, Raúl Sanzotti como entrenadores, no pudo torcer las malas campañas que arrastraba el Bicho, que terminó descendiendo.
Malaspina no tardó en demostrar su capacidad, saneó financieramente al club y rearmó la parte futbolística: fue a buscar a Heinze y volvió a la elite de nuestro fútbol dando cátedra. Tanto en las elecciones de 2019 como en la del año pasado, no tuvo oposición. El Bicho no solo se alejó de los puestos de descenso, sino que en los últimos seis años participó siempre en certámenes internacionales (3 Sudamericanas y 2 Libertadores), salvo en 2022.
Si se busca una fase con una cara negativa, similar a la actual, solo podría asemejarse al periodo de Ezequiel Carboni como entrenador, que duró un par de meses. Un tiempo después vino otra elección notable: la de Gabriel Milito, quien dejó la vara altísima por representar el paladar del hincha. Y eso que su ciclo arrancó con tres derrotas: Rosario Central, Platense y Vélez. Malaspina, con muchísimos más aciertos que errores, se hizo fuerte en las difíciles (la Primera Nacional) y posee la espalda suficiente para que ese cántico no vuelva a repetirse. Claro, tiene trabajo por delante: la búsqueda de un DT y realizar incorporaciones que conformen, al menos a los que expresaron su disconformidad el último lunes en el Diego Maradona.
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