2025-12-10
Por qué el año de River es peor que el de Boca

Por qué el año de River es peor que el de Boca

Ambos tuvieron un año olvidable y sin títulos. El Millonario lo hizo, además, con Gallardo y gastando una fortuna en jugadores que no rindieron.

+ Seguinos en

Cuando se escriba la historia reciente de la lucha permanente entre Boca y River, el año 2025 será olvidado rápidamente. La temporada de los colosos argentinos no convenció a nadie, a pesar del dinero gastado y de los refuerzos que llegaron. Ya en 2024 hubo mucho disgusto porque River fue goleado por Atlético Mineiro en las semifinales y Boca se tuvo que despedir por penales ante Cruzeiro en los octavos.

El habitual bombardeo mediático exigiendo el título copero para uno u otro siguió como siempre, pero los resultados fueron aun peores en esta temporada. A mediados de febrero, Boca se despidió perdiendo por penales en la Bombonera con Alianza Lima, el cuadro peruano que justificó su pase a la siguiente fase sudamericana con el claro dominio que ejerció sobre el flojo planteo del técnico Fernando Gago en Lima. El técnico sería cesado en abril, tras la caída en el Monumental frente a River.

El rendimiento en el Apertura 2025 los dejó afuera en los cruces de playoffs. Segundo de Argentinos Juniors en su grupo, Boca eliminó a Lanús por penales y cayó en la Bombonera ante Independiente. River escoltó a Rosario Central, pero tampoco superó los cuartos de final ante un sorprendente Platense y pese a un árbitro que lo favoreció en la parte final del partido. En los penales, cayó vencido ante el equipo que ganaría el campeonato.

En el Mundial de Clubes, ninguno pasó la fase de grupos. Boca tenía un grupo más difícil (con Bayern y Benfica) pero no pudo ni contra el semiamateur Auckland City. River, en un contexto más accesible, tampoco pudo llegar a octavos y ambos regresaron rápidamente.

Miraron de afuera los partidos decisivos del Torneo Clausura y arrancaron la Copa Argentina con las expectativas de siempre. En los dieciseisavos de final, Boca no pudo pasar a Atlético Tucumán y se fue muy pronto. River siguió adelante, sacó a Unión por penales y luego superó con lo justo a Racing, en medio del affaire Salas, con gol del delantero inclusive. Ya en las semifinales, Independiente Rivadavia lo neutralizó y el cuadro mendocino lo venció en la siempre riesgosa definición desde los doce pasos que ha sufrido el equipo de Gallardo.

Mientras nadie terminaba de entender qué quería hacer el entrenador con el equipo, empates y caídas se sucedían y el juego brillaba por su ausencia. Con poco gol, algo inusual en semejante club, el futuro se iba nublando cada vez más. Boca, en cambio, lidiaba con la terrible enfermedad que fue minando a Miguel Ángel Russo y terminó condenándolo a ser un cálido y respetuoso recuerdo a semejante entrenador que dejó su vida allí mismo. El 21 de septiembre fue su último trabajo, en el empate en dos goles ante los santiagueños.

Claudio Úbeda, ayudante de Russo, quedó al mando y el equipo esbozó alguna mejora, sobre todo en materia ofensiva. La suma de seis victorias seguidas y el regreso de Leandro Paredes contagiaron a todos, esperando todavía más para las instancias finales. Paredes lució y mejoró mucho al equipo, pero si bien se volvió imprescindible, no se le podía pedir más de lo que hizo. Racing, en semifinales, se lo llevó puesto a Boca y lo dejó afuera de todo.

 

Resumen de objetivos: eliminado en repechaje fase previa ante Alianza Lima de local en la Copa Libertadores, marginado en el Apertura 2025 al ser vencido por Independiente en cuartos de final en la Bombonera, derrotado por Atlético Tucumán en la Copa Argentina y superado por Racing en las semifinales del Clausura, nuevamente en su propia cancha.

 

El único punto positivo ha sido la clasificación directa a la Copa Libertadores, con el detalle de que su rival de toda la vida no la pudo conseguir. El Xeneize sumó 62 puntos y fue el escolta de Rosario Central, campeón testimonial coronado por AFA. Estableció nueve puntos de distancia sobre River, que no consiguió ni eso, apenas el consuelo de jugar la Copa Sudamericana, algo que no les mueve el amperímetro ni a Gallardo ni a sus dirigentes ni a sus hinchas.

La crisis futbolística del equipo Millonario (con mayúsculas por el dinero gastado en incorporaciones de discreto rendimiento) se mantuvo inalterable todo el año. Cuando River inició la actual temporada, rápidamente quedó claro que no tenía su potencia ofensiva habitual y que los desacoples entre defensores y mediocampistas eran continuos.

Por todo esto, una fortuna gastada, refuerzos que no dieron la talla (Castaño, Driussi, Pezzella, Acuña, Portillo, Galarza y alguno más) y sin la ambición ofensiva habitual, River tuvo un peor año que Boca. Se suman la eliminación ante Palmeiras (dos derrotas concluyentes) y que su arquero Franco Armani, fue, invariablemente el escollo más importante que tuvieron los delanteros rivales. Pese a él, River sufrió inesperadas caídas en su cancha ante Sarmiento, Deportivo Riestra y Gimnasia, con una serie negativa final en el Clausura de una sola victoria en los últimos nueve partidos.

Fue una sombra de los habituales equipos de Gallardo. Erró en las incorporaciones, tuvo jugadores que se habían lucido antes, pero volvieron con versiones desmejoradas. Hoy, el futuro aparece amenazado. Gallardo está replanteando todo, los hinchas lo siguen bancando, pero el panorama no parece demasiado alentador. Boca navegará, en los próximos días, entre mantener a Úbeda y su gente, o elegir un entrenador más experimentado y capacitado, habida cuenta del gigantesco error al sacar al Changuito Zeballos, algo que nadie le pudo perdonar.

Los dos tienen números rojos.

Atrás
Classificação da casa de apostas
Los datos de valoración de las casas de apuestas proceden de fuentes abiertas basadas en opiniones de usuarios reales en Internet