Desde que llegó a la T, el entrenador uruguayo cambió el equipo: perdió la pelota pero ganó en precisión y contundencia. Y ahora, se viene el clásico de Córdoba.
Cambiar para mejorar. El Talleres 2024, desde que asumió Alexander Medina como DT, es un equipo veloz y práctico, que cuando llega al arco del frente suele convertir. Y ese modelo intentará mantener contra Belgrano. Será el partido más importante en lo que queda del año para los albiazules y, si bien los clásicos son duelos aparte, en los que se mete más de lo que se juega, la idea será la misma.
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“El que pega primero, pega dos veces”. Con el Cacique en el banco, cada vez que la T marcó antes que el rival, no perdió. Le pasó en los cuatro encuentros que hasta el momento dirigió el uruguayo. Así, vinieron los importantes triunfos ante Racing en el Kempes y frente a River en el Monumental el último fin de semana. A su vez, estuvo arriba rápido en Rosario contra Central, y aunque luego no sumó de a tres, se volvió con un valioso empate.
La pérdida en la posesión también es un patrón. Salvo en el Gigante de Arroyito, el Matador terminó siempre abajo respecto al control de la pelota. Sin embargo, nunca fue derrotado. Todo un dato. Talleres tiene menos el balón que los rivales, pero es más preciso en el área adversaria. Contra el Millonario, en la fecha pasada, la estadística fue la peor. Los cordobeses perdieron 64% a 36% en el dominio del balón en Núñez, pero igualmente consiguieron los tres puntos.
En tiros al arco, los datos no son los mejores. Desde que Medina asumió, el conjunto albiazul pateó menos que su contrincante. Y eso que el uruguayo está invicto en el torneo local. ¿Cómo? Precisión, le dicen. Con Racing, tuvo cinco llegadas concretas y dos terminaron adentro. Efectividad en estado puro.
