El volante llegó al Millonario a mediados del 2008 con muchísimas expectativas de conseguir el bicampeonato. Pero terminó último en el Apertura y duró un solo año. Luego de retirarse y poner una barbería, retomó la actividad en Cooper con 38 calendarios en el lomo.
Mientras el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner libraba una disputa política con el campo en el Congreso de la Nación a partir de la resolución 125, que se derrumbaría con el famoso “voto no positivo” del vicepresidente Julio Cobos, el River de Diego Pablo Simeone anunciaba a uno de sus refuerzos del mercado de pases de invierno del 2008. Era un volante uruguayo jovencísimo llamado Robert Flores, que la había descosido en el homónimo equipo de su país y venía de jugar en el Villarreal de España. Las expectativas eran tales que algunos medios se habían animado a llamarlo “el nuevo Enzo Francescoli”. Pero su historia con el fútbol, que hoy sigue vigente en Cooper de la segunda división, tuvo un final distinto de la del Príncipe. ¿Qué sucedió con él?
Luego de una semana sísmica de mayo, en la que perdió el Superclásico contra Boca en La Bombonera y quedó eliminado de forma escandalosa frente a San Lorenzo en los octavos de final de la Copa Libertadores, el Millonario consiguió darle una alegría a su pueblo al consagrarse campeón del Clausura. Pero la salida de algunos nombres clave de aquel equipo, como Alexis Sánchez, Washington Sebastián Abreu y Ariel Ortega -enemistado con el Cholo-, provocó el rearmado de algunos sectores del plantel.
Así fue como aterrizaron Martín Galmarini (Tigre), Facundo Quiroga (Wolfsburgo), Santiago Salcedo (Newell´s), Diego Barrado (Olimpo) y el mediocampista de 22 años, que se había destacado en River de Uruguay y había provocado que lo comprara el Submarino Amarillo. La dirigencia encabezada por José María Aguilar consiguió que lo prestaran por un año, esperanzado en el fuerte apodo que le había puesto la prensa del país vecino: “El nuevo Francescoli”.
“Me encantaría ser un cuarto de Enzo. Si te comparan con él, quiere decir que estás haciendo las cosas bien, pero voy a tratar de hacer lo mio”, confesaba el propio Flores, en un intento de bajar el humo que se instaló desde los tabloides, pero sin perder las expectativas. De todos modos, su elegancia y calidad para manejar la pelota había estado a la vista de sus compañeros anteriores. “Yo jugaba de titular y un día Juan Ramón Carrasco se enojó conmigo. Entonces lo puso a él y la rompió ese partido. Ese campeonato que tuvo fue excelente”, revela Jorge Zambrana, quien compartió tiempo con él en las juveniles en el Darsenero y también en Cooper, durante una charla con TyCSports.com
Su debut con la banda roja fue más que auspicioso. Le hizo un gol a Colón en el Cementerio de los Elefantes, empate 1-1 por la primera fecha del Apertura, y despertó la ilusión de los hinchas. “A Robert lo trajo Simeone. Era un chico muy humilde e hicimos buena relación de entrada. Nos juntábamos a comer después de las prácticas. Era familiero y divertido“, señala Matías Abelairas, exjugador de River.
Ese supuesto perfil similar al ídolo de la Selección de Uruguay no pudo ponerlo a prueba en su primer campeonato. Tras la renuncia del Cholo previa a la 15° jornada, Gabriel Rodríguez, coordinador de las Inferiores, tomo el mando como técnico interino, pero no logró revertir una situación que, a esa altura, era la crónica de un final anunciado. River empató con Estudiantes de La Plata en el último partido y quedó en el fondo de la tabla por primera vez en la historia del profesionalismo.
El arribo de Néstor Gorosito al corralito del Monumental en el Clausura 2009 tampoco cambió demasiado el rumbo de la situación deportiva, en general, y de Robert Flores, en particular. No obstante, el enganche anotó su segundo y último gol con la camiseta de la banda roja el 13 de junio, en el triunfo 3-1 contra Tigre, tras una rauda sociedad de toques cortos con Cristian Fabbiani, flamante incorporación del mercado de pases.
“Era un jugadorazo. Mostró todos los destellos de su calidad, pero no agarró un buen momento del club .Tenía grandes condiciones: buena pegada, cambio de ritmo y lectura de juego. En un momento, Simeone lo elogió por la cantidad de situaciones de gol que generaba por partido. Tenía mucha personalidad, no se escondía nunca y siempre pedía la pelota. Trataba de ser vertical y asociarse. Conservo un gran recuerdo de él”, añade el Pitu, que hoy está en el equipo Senior.
Flores volvió al final de ese torneo a Villarreal y estuvo allí hasta 2011, cuando pasó a Nacional. “Fue un poco fuerte.Estaba dando mis primeros pasos, sobre todo en el extranjero y en un club tan grande como River. No considero que me haya pesado, porque no lo tomé como algo serio, sino como algo que los medios decían para vender un poco más“, recordó en 2022 sobre el alias que lo marcó a fuego durante su travesía por Alcorta 7597.
La nueva vida de Flores: de poner una barbería a volver al fútbol en el ascenso de Uruguay
El oriundo de Montevideo siguió su carrera profesional por 10 años más en distintos equipos de su país natal y del exterior. Vistió los conjuntos de Lovech (Bulgaria), Palestino, Deportivo Quito, Sport Recife, River Plate -de Uruguay-, Villa Española y Boston River, donde decidió colgar los botines en 2022. “Estaba cansado del ambiente del fútbol porque veía que los clubes pensaban más en los negocios que en los equipos. Creo que me ganó el enojo por ese lado y dejé la actividad. Quiero extrañar el fútbol y vivirlo como hincha y espectador, separarme un poco para que me vuelva el amor que tenía hace un tiempo”, comentaba.
Después de alejarse de la pelota, Flores cambió de rubro radicalmente. “Pusimos una barbería con mi cuñado y otro amigo. Estamos viendo de poner algún negocio por el lado financiero. Veo el fútbol desde otro lado, como espectador”, reveló ese mismo año.
Pero el aroma del césped no se iría tan rápido de sus fosas nasales, porque volvería a la actividad profesional rápidamente en Cooper, del barrio Carrasco Norte. Actualmente lucha en los últimos puestos de la segunda división de Uruguay y conserva en su plantel a jugadores como Leonardo Burián, exarquero del Colón campeón de la Copa de la Liga 2021.
“Quizás perdió la velocidad con la pelota, pero le vuela la cabeza. Mentalmente está intacto“, completa Zambrana, que ya vislumbra cuál será su futuro cercano en el deporte más popular del globo: “Estamos haciendo el curso de entrenador juntos en el Instituto Técnico Profesional de Ciudad de la Costa. Yo lo veo con esa pasta. Ve muy bien el fútbol y tiene los conceptos muy claros. Creo que va a tener una excelente carrera como DT“.
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