El lateral atravesó dos meses de sufrimiento cuando algunos médicos le dijeron que quizás tenía que abandonar el alto rendimiento.
Andrés Meli, lateral izquierdo de Central Córdoba, fue diagnosticado con Enfermedad de Crohn, una afección crónica que produce la inflamación del intestino. El último fin de semana, meses después de su diagnóstico, convirtió uno de los dos goles que le dieron la victoria al equipo santiagueño contra Barracas Central. “Necesitaba una emoción así para volver a sentirme como me sentía antes jugando al fútbol“, confiesa y agrega: “También es especial porque mi familia, mi novia y mis amigos saben mucho lo que sufrí“. Hace un tiempo, el panorama era muy diferente para él. “En un momento la vi negra, pensé que se me terminaba todo. Algunos médicos me dijeron que no sabían si podía seguir jugando al fútbol“, cuenta el mendocino en la charla con TyCSports.com.
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Los problemas para Meli comenzaron en febrero de 2024, cuando empezó a sentir dolores en el estómago. Durante las concentraciones, después de las comidas en los distintos hoteles, se sentía mal. “Era raro porque comíamos todos y yo solo me sentía mal”, detalla. Incluso en los partidos, las molestias no le permitían rendir como él quería: “A veces -recuerda- me quedaba enojado, porque tenía la chance de ver minutos y no los podía aprovechar por no estar al 100%“.
Un día, la situación escaló y la intensidad de los dolores llevaron al lateral izquierdo a quedar internado en Santiago del Estero. Según comenta, el episodio duró un día y después volvió a entrenarse: “Primero descartaron que no sea apendicitis, y a la mañana vino el doctor, me confirmó que no era eso y me dio el alta. En el entrenamiento estaba molesto pero no tanto como el día anterior”.
Lo que vino después fueron dos meses de incertidumbre para el jugador de 24 años. Con el receso de la Copa América, aprovechó la semana de vacaciones que le dio el club para viajar a Mendoza. Como los dolores persistían, siguió con los exámenes médicos, y lo que iban a ser siete días en su ciudad natal se convirtieron en dos meses. “Me dijeron que no me podía ir hasta no saber bien qué tenía“, explica Meli.
“Por suerte, en un momento conocí a un grupo de profesionales que me ayudaron a ver la enfermedad de otra manera“, relata uno de los goleadores ante Barracas. El tratamiento, explica él, consiste de tomar corticoides diarios que combaten la inflamación, y de una dieta estricta. “Obvio que no sabemos cómo va a progresar, pero de esta manera las úlceras que tengo, o que tenía, no sé -dice mientras se ríe-, me molestan menos“.
Entre lo negativo, rescata cosas positivas, como dejar de comer cosas con gluten porque lo hinchaban mucho. Por otro lado, entiende que lo sucedido le dejó un aprendizaje muy grande. “Aprendí a valorar todo de otra manera, a dejar de estresarme tanto por todo. Ahora cada vez que entreno o que juego, me centro en disfrutarlo lo máximo posible. Elijo tomar la situación con normalidad porque se que me va a acompañar toda la vida“, confiesa.
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Su llegada al equipo santiagueño se dio por no tener mucho lugar en Godoy Cruz, club al que llegó en 2019 después de jugar en Chacras, un equipo de la liga mendocina. “En mi primer año estuve en cuarta, y cuando subí a reserva, entrené tres meses y me agarró la pandemia“, recuerda Meli. Además, explica que durante ese momento fue difícil proyectar a largo plazo: “En la pandemia me replanteé muchas cosas, porque ese año fue un desperdicio y no pude jugar. En 2021 si no firmaba contrato me tenía que ir libre“. Finalmente, firmó el acuerdo con el Tomba, debutó y vio minutos en 26 ocasiones.
En Santiago del Estero tuvo su primera experiencia viviendo solo, ya que en Mendoza lo hacía junto a su mamá y su hermano. De todas formas, dice que lo vivió con naturalidad porque hace rato quería independizarse. Por otra parte, le costó dejar el club del que se hizo hincha. “Con todo lo vivido -admite-, le agarré mucho cariño a Godoy Cruz. Viví muchas cosas, salí de ahí y te puedo decir que me siento parte del club“.
Actualmente, está cursando la carrera de Administración de Empresas en una universidad panameña, ya que le permite hacerlo de forma online. “Antes estudiaba Ingeniería Industrial, pero como era presencial me llevaba mucho tiempo y me costaba ir a cursar“, comenta el lateral izquierdo. Además, agrega que le sirve para despejar la cabeza cuando las cosas van mal en lo deportivo. “Esto de hacer una carrera se lo agradezco a mi vieja, que siempre me decía que busque algo más que el fútbol“, confiesa.
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