2024-11-03
Una obligación para River en medio de un año perdido

Una obligación para River en medio de un año perdido

Al adiós todavía fresco en la Libertadores se le suma que el equipo no peleó la Copa de la Liga, la Copa Argentina ni la actual Liga Profesional. El 3-1 a Banfield al menos sirve para enderezar la tabla anual y evitar otro papelón: no clasificar a la Copa 2025.

Sean ciertas -no genuinas- o irónicas las banderas de “Gracias Brito” que ayer se desplegaron alrededor del Monumental, River termina desde lo futbolístico un mal 2024: salvo el regreso de Marcelo Gallardo y alegrías aisladas como el Suplentazo en la Bombonera y la Supercopa Argentina, en el año no hubo nada para que los hinchas le agradezcan al equipo. Ya al borde de la súplica “hagan un gol”, aquella bandera que la gente de Ferro desplegó en 1999, el 3-1 a Banfield de este sábado era necesario para la coyuntura, pero no cambia la ecuación de fondo.

Aunque suena excesivo hablar de un fracaso en la Copa Libertadores -es cierto que la final estuvo muy cerca pero a la vez muy lejos-, con el 0-3 ante Atlético Mineiro sí quedó en evidencia otro objetivo no cumplido en el 2024, uno de los tantos en el año.

En los torneos argentinos, además -o sobre todo-, River no peleó nunca por un título y sumó una decepción tras otra, especialmente con Martín Demichelis pero también en las últimas fechas con Marcelo Gallardo. El equipo no pasó los cuartos de final de la Copa de la Liga, el papelón contra Temperley por la Copa Argentina ocurrió en los 16os de final y en la actual Liga Profesional quedó fuera de la lucha demasiado temprano, casi sin que nadie se diera cuenta, con el foco puesto en el doble frente con la Libertadores.

Faltan siete fechas para que termine la Liga y, salvo el milagro de recuperar el terreno perdido ante el líder Vélez, el único objetivo en lo que resta del año suena a obligación: clasificar a la Copa Libertadores 2025.

Miguel Borja River vs. Banfield
El desahogo de Borja tras anotarle un gol a Banfield después de una semana difícil (Marcelo Endelli/Getty Images).

A la salida de un octubre fatal, con un gol en cinco partidos, ninguna victoria y una eliminación –lo mejor fue el histórico recibimiento del martes, un antes y un después en las tribunas argentinas-, River inició noviembre con otro primer tiempo sin fútbol ni peligro ante Banfield. El golazo de Pablo Solari llegó cuando Facundo Sanguinetti había tenido una tarde tranquila, tal como todos los arqueros rivales de River en los últimos partidos.

Entonces la energía negativa pareció destrabarse y, al fin con el regreso de la efectividad perdida (River pateó siete veces entre los tres palos contra Banfield y convirtió tres goles), consiguió un triunfo que sirve para acomodar la tabla anual y ensayar una última esperanza: si ante Instituto y Barracas Central consigue por primera vez tres triunfos seguidos en la Liga, tal vez se encienda una luz inesperada.

Con algunos buenos rendimientos individuales, como los de Solari, Claudio Echeverri y un correcto partido de Rodrigo Villagra, la alegría del sábado fue tan necesaria como bienvenida, pero no debe cambiar la ecuación: River despide un 2024 sin objetivos cumplidos y con la necesidad de darle jerarquía al mediocampo y a la delantera a partir del año que viene. La buena noticia es que nadie lo sabe más que Gallardo.

Atrás
Classificação da casa de apostas
Los datos de valoración de las casas de apuestas proceden de fuentes abiertas basadas en opiniones de usuarios reales en Internet