Luego de la deslucida actuación del equipo en la caída frente al conjunto santiagueño por 2 a 0, se alzaron voces en los camarines, reproches y mucho enojo.
Una vez más Independiente Rivadavia se vio superado por su rival. La visita a Santiago del Estero dejo más dudas que certezas en el rendimiento futbolístico del conjunto que dirige Alfredo Berti. Los altibajos que el equipo venía demostrando con algunas cosas positivas desde la llegada del nuevo entrenador volvieron a foja cero luego del paso por estadio Madre de Ciudades.
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Sin respuestas tácticas, sin ideas para jugar y, lo peor de todo, sin convicción, así fue el partido de la Lepra a lo largo de los noventa minutos. Solo dos remates al arco, uno por cada tiempo. Jugó mal, volvió a convivir con errores que parecía el nuevo entrenador haber acomodado y terminó de dar otro paso en falso más.
Los cambios constantes de nombres y dibujos tácticos por parte del técnico en busca de revertir la situación no alcanzan, no se mantienen en el tiempo. Los quince minutos finales frente a Banfield, el primer tiempo ante Instituto, o algún que otro puñado de minutos rescatables de otro partid, no es suficiente.
Pero a todo este momento de pocas luces se le suma el convencimiento, la falta de actitud que roza en algunos jugadores para tratar de revertir esta historia. Es por eso que después de la dura caída frente a Central Córdoba puertas para adentro, en un vestuario caliente, hubo reproches, insultos y cuestionamientos.
