La acción del cambio climático en Chile y sus ciudades se siente en todas las estaciones del año, con calores más pronunciados en verano, con lluvias más intensas y de menor duración en invierno, y con una sequía que ya lleva 14 años en varias zonas del país. Por éstas y otras razones, Chile ha sido mencionado por estudios de la ONU como uno de los países del mundo más vulnerables a los efectos del cambio climático.
Así, no fue sorpresa que uno de los paneles principales del más reciente foro empresarial “Chile-Francia: Un Futuro Juntos”, organizado por la Cámara de Comercio Francesa, abordara el fenómeno del cambio climático y sus impactos en la disponibilidad de agua, como una de las materias de discusión. El director de Estrategia y Asuntos Corporativos de Aguas Andinas, José Sáez, fue uno de los expositores en este foro y compartió su opinión sobre lo que requiere Chile para justamente enfrentar los embates del fenómeno de la mejor forma.
Sáez explicó que el cambio climático ha intensificado los episodios de turbiedad en los cauces que permiten abastecer de agua potable a la ciudad de Santiago. Así, por ejemplo, detalló que si en el decenio 1991-2000 hubo apenas tres casos de este tipo, en el período 2021-2030 se proyecta que éstos se elevarán a más de 100 episodios. El ejecutivo valoró los esfuerzos que ha realizado el país en inversiones para enfrentar este tema, como la creación de los mega estanques de emergencia localizados en Pirque.
“Gracias a estas inversiones, hemos logrado pasar de 4 a 37 horas de autonomía para enfrentarnos a eventos climáticos extremos. Pero en este tipo de episodios, en los últimos años hemos llegado a no poder producir agua potable por periodos superiores a las 80 horas. Es decir, la infraestructura que se construyó y se encuentra operativa desde hace tres o cuatro años, ya es insuficiente y se requiere continuar invirtiendo para dar mayor resiliencia a la ciudad” graficó el ejecutivo de Aguas Andinas.
Sin embargo, Sáez se mostró optimista de que el país será capaz de enfrentar los desafíos venideros, esto gracias a la institucionalidad vigente, que prioriza la alianza público-privadas. “Sabemos que el cambio climático ya está aquí, pero no nos queremos quedar sólo la parte gris de la noticia porque felizmente hay oportunidades para resolver estos problemas. Aguas Andinas opera en una industria regulada que necesita la participación del Estado para avanzar en las soluciones. El Estado ha sido capaz, a lo largo del tiempo, de avanzar en soluciones estructurales de infraestructura de resiliencia gracias a su modelo público-privado. No es necesario reinventar la rueda y debemos ahora hacer los ajustes que correspondan para continuar implementando las soluciones que son necesarias para la ciudad”, señaló.
Respecto a estas posibles soluciones, citó algunos ejemplos en la línea del agua de reúso, alternativa que ya se está usando en ciudades europeas como Barcelona (donde el 30% de su agua potable es de fuentes de reúso) y también en Estados Unidos. “El desafío para Chile es entonces analizar cómo vamos a ir abordando esta normativa para efectos de ir permitiendo innovaciones de este tipo, que permitan implementar soluciones eficientes”, comentó Sáez.
Por último, y en esa misma línea, el directivo comentó que en un encuentro organizado por el SEA durante esta semana en el país con representantes de distintos países latinoamericanos vinculados a los servicios públicos responsables de las aprobaciones y fiscalizaciones ambientales, muchos de ellos se maravillaron de la rápida solución que tuvo Chile para materializar los estanques de Pirque, cuya construcción se materializó en un tiempo récord. “Así como se articuló la institucionalidad para que la construcción de los estanques ocurriese en esos tiempos, creo que podemos avanzar en estas otras materias que son urgentes para que la ciudad no tenga que sufrir las consecuencias que están sufriendo otras capitales de Latinoamérica, viendo racionamientos de agua potable a su población”, concluyó el ejecutivo.