es ex intendente de la Región del Biobío.
La decisión de Augusto Parra de renunciar a su candidatura a gobernador regional del Biobío es un gesto que trasciende lo meramente político. Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a Augusto por su respaldo, un acto que no sólo refleja un reconocimiento personal, sino un compromiso con los valores que todos compartimos y defendemos: la unidad, la confianza y la humildad en el servicio público. Su apoyo es un llamado a trabajar juntos por el futuro del Biobío y priorizar el interés colectivo por sobre las ambiciones individuales.
En ese sentido, destacó que nuestra propuesta rescata los principios e ideales del centro político, pero también de todos aquellos que votaron rechazo en el plebiscito de salida. Recojo y comparto sus palabras, al unir fuerzas podemos construir un camino de convergencia que fortalezca la centro derecha y abra las puertas a un diálogo amplio e inclusivo en la región y el país.
En el contexto actual, Biobío enfrenta desafíos significativos. La crisis en sectores clave: el acero, la industria pesquera y forestal, junto con problemas recientes como las inundaciones, los devastadores incendios y los efectos de la paralización del puerto de Coronel amenazan nuestra estabilidad económica y social.
En la última edición del programa Impulsa, organizado por la CPC, quedó claro que nos encontramos en un punto de inflexión crítico. Álvaro Ananías, presidente de la Cámara de la Producción y el Comercio, lo retrató de manera contundente: estamos en un momento de urgencia, donde el pesimismo se ha apoderado de muchos, pero también donde la acción concertada puede hacer la diferencia para revertir este panorama. El mensaje que se desprende es evidente. Necesitamos restaurar la confianza entre los sectores público y privado para reactivar nuestra economía. Una confianza que ha sido dañada por la incertidumbre y la falta de decisiones claras en momentos decisivos. Sin esa garantía, las inversiones se detienen, el empleo se estanca y el desarrollo se convierte en una ilusión. La certeza y estabilidad son fundamentales, la base sobre la cual debemos levantar nuestra estrategia.
Hoy, la unidad no es una opción, es una necesidad. Sólo así podemos trazar una hoja de ruta efectiva que nos permita superar los desafíos actuales y construir un futuro robusto para nuestra región. Esta tarea requiere no sólo voluntad política, sino también un esfuerzo sostenido y coordinado de todos los actores involucrados.
La humildad es otro pilar esencial en este proceso. Debemos reconocer que ninguna autoridad, por sí sola, puede resolver todos los problemas. Es mediante la colaboración y el diálogo abierto que podemos encontrar las mejores soluciones. Es en esta humildad donde reside la verdadera potencia de un liderazgo que busca servir, antes que ser servido.
Nuestra región siempre ha sido un motor clave para la economía chilena, con una diversidad productiva que incluye desde la industria forestal hasta la agrícola. Esta diversidad es una de nuestras mayores ventajas, pero también demanda una dirección decidida y un enfoque unificado para ser plenamente aprovechada. Biobío debe retomar su protagonismo, no solo como un actor económico, sino también como un ejemplo de cómo la unidad y la colaboración pueden generar progreso y bienestar para todos.
La decisión de Augusto Parra de respaldar mi candidatura, el reciente apoyo público de la abogada y destacada académica de la universidad de Concepción, Paulina Astroza, la confianza depositada en nuestra propuesta de la ex convencional del partido Republicano, Patricia Spoerer, junto con el recibimiento de quienes creyeron en nuestro proyecto desde el comienzo como la ex constituyente, Rocío Cantuarias y la familia Sabag, encabezada por don Hosaín, son un ejemplo de la grandeza que podemos alcanzar cuando ponemos a Biobío por delante. Su confianza no solo fortalece nuestras ideas, sino que refuerza el planteamiento de que, para avanzar, necesitamos estar unidos.
Es precisamente esa diversidad de pensamientos y voluntades lo que enriquece el trabajo por nuestra región. Esa pluralidad fue parte fundamental de los sueños del último tiempo del Presidente Sebastián Piñera. A un mes de su trágica partida, así lo reveló en un discurso Cecilia Morel: “Ese era su gran sueño, poder unir a todos los que creemos en la libertad, en la democracia y en el rol del Estado que defienda la prosperidad de nuestros conciudadanos”, enfatizó la ex primera dama.
En estos tiempos, más que nunca, se requiere compromiso, unidad y capacidad de trabajar juntos. El camino hacia un futuro sólido y justo para todos pasa por la confianza mutua, la humildad en el liderazgo y la colaboración en cada nivel de nuestra sociedad. Poner a Biobío por delante no es solo un eslogan, es una necesidad urgente si queremos superar los complejos retos que se avecinan.