es filósofo
Nuestro principal y gravísimo problema, la delincuencia, sigue aumentando sin control aparente ni camino de retorno a la vista, con ya tres asesinatos diarios y creciendo. Vendedor asesinado en la vereda, camión de caudales atacado, cadáver en un tambor… ni en las novelas más negras aparecen semanas como la pasada. Eso es lo primero que ocupa a los medios, seguido por las próximas elecciones de octubre; tema que no es el segundo en las preocupaciones ni el interés general: más importan la inflación y la falta de oportunidades.
Tanto legisladores como miembros del Ejecutivo aprovecharon el feriado de jueves y puentear el viernes para unas mini-vacaciones, en vez de por una buena vez proveer al país de una contundente ley antiterrorista y perfeccionar la lucha contra la delincuencia. Mientras da miedo circular en muchos lugares por el peligro de recibir un balazo de motoqueros que aparecen de la nada y descargan sus ráfagas al elegido; mientras infunde terror salir de casa después de oscurecer; mientras te preocupa sacar tu vehículo y sufrir un portonazo con sádica violencia, tanto la derecha como la izquierda están en busca de una alcaldía con el convencimiento que los resultados de las elecciones de octubre se copiarán en las presidenciales.
Las noticias se llenan con las actividades cada vez más frecuentes de Michelle Bachelet en distintos escenarios para apoyar a los candidatos del oficialismo lo que logró despejar el olvido que la rodeó últimamente y es paradójicamente la oposición que, con sus arremetidas, fomenta la publicidad creciente sobre sus eventuales planes de ser reelegida como presidenta. Así se provocó astutamente la tonta reacción de la derecha, dejándola ponerse en el centro de las noticias. Me refiero al ridículo escándalo que la UDI y el PR armaron y los siempre ávidos medios difundieron; hasta a la usualmente prudente Evelyn Matthei a opinar, en vez de simplemente decir: “no comments”. Aunque recogió el guante ante la que podría ser su principal competidora al ir a Chiloé y otras regiones, provocando similar reacción del oficialismo por “gastar su tiempo y recursos en propaganda electoral”, al punto de hasta pedir su renuncia a la Alcaldía. Los que lo hicieron, podían haberse imaginado que la alcaldesa es bastante inteligente para actuar en vacaciones sin remuneración, pagando sus viajes de su bolsillo el lugar de quedarse tan tontos como sus pares opositores. Así que, ni ella, ni Bachelet tienen por qué preocuparse: ambas lo hacen como simples ciudadanas.
Si el resurgimiento de la expresidenta fuese solo para las elecciones municipales, su movida es muy inteligente pues goza de popularidad en muchas comunas. Si lo que busca también es ayudar a unir una izquierda dispersa, por lo menos la comprendida por el PS, PPD, PR, DC e incluir al PD y PL, tendrá que buscar también la adhesión del ahora prácticamente solitario FA; eso podría ser la antesala tanto del surgimiento de una futura candidatura de la oposición como una renovada unión de lo que hoy se llama oficialismo. Unión sin el PC ya que varios de sus dirigentes patearon el tarro con su abierto y abominable apoyo a la cada vez más sangrienta dictadura de un bufonesco Maduro. Un dictador que sigue con sus discursos de creciente idiotez y recrudece diariamente la opresión, buscando a eliminar los dirigentes de la oposición que ganó estrepitosamente las elecciones. Ya ni siquiera toda la colectividad comunista apoya a su radical presidente; sería lógico que su socio, el recién inaugurado Frente Amplio de Boric siga queriendo serlo después del “Madero-gate”: las señales que el Presidente dio con su enérgica condena al régimen neo-chavista así lo presagia; también así lo están insinuando varios partidos que prefieren ver al PC en soledad. Aunque exista la amenaza de un nuevo “movimiento social”…
Ahora, si en cambio, Bachelet está iniciando una temprana campaña presidencial, puede resultarle contraproducente y creo que estaría cometiendo un error: sus dos presidencias anteriores no justifican un optimismo para una tercera ya que con la primera cortó el exitoso camino de la Concertación y con la segunda, posibilitó la situación para que se produzca el 19/10. Algo que el gobierno de Piñera no previó y solo con la ayuda del Covid pudo dominar; la mayoría del electorado tiene claro que el declive de Chile comenzó en 2006. Y tampoco me imagino que su campaña sea apoyada por la nueva generación progresista cuya política incluye la sustitución de la “vieja guardia”.
Matthei lidera por el momento la preferencia según las encuestas, pero el porcentaje sigue congelado mientras la aparición de Bachelet ubicó la expresidenta en pocos días como su cercana seguidora. Encima, durante el largo fin de semana apareció una nueva aspirante, la senadora Rincón cuya intención de no concurrir a primarias sino presentarse como opción, puede significar otra división de votos en el centro y la derecha. Personalmente, la juzgaba más inteligente, pues sus posibilidades de llegar al sillón son prácticamente nulas.
La semana que comienza el lunes 19 de agosto puede traer muchas novedades y quizás algunas respuestas.