En una pequeña localidad de Sonora, llamada Etchohuaquila, nació el hombre que se convertiría en una de las leyendas más importantes del beisbol de México. Ahí, en esa localidad del municipio sonorense de Navojoa vio el mundo Fernando Valenzuela un 1 de noviembre de 1960.
Hijo menor de Avelino Valenzuela y Hermenegilda Anguamea, desde niño su pasión fue el beisbol en una región donde cientos de personas se dedican al campo. Su talento fue innegable, tan fue así que a los 17 años representó al equipo de Ciudad Obregón en un juego con los mejores prospectos.
Ese talento no pasó desapercibido para los cazatalentos de la época que lo llevaron a los Mayos de Navojoa donde inició su carrera formalmente en el deporte rey antes de pasar a Cafeteros de Tepic en la Liga Invernal Noroeste.
Su peregrinar en 1977 lo llevó a los Tuzos de Silao, un equipo de Guanajuato, en la Liga Central, con un contrato de 250 dólares. La Liga Mexicana de Beisbol, que por aquellos años estaba en expansión, integró a varios equipos de la Liga Central como parte de su expansión nacional.
Para 1979 llegó a los Ángeles de Puebla donde debutó profesionalmente, pero la suerte volvió a jugar sus cartas en la vida del lanzador zurdo, que fue enviado a los Leones de Yucatán.
¿Cómo llegó Fernando Valenzuela a los Dodgers?
La historia de Valenzuela no se podría contar sin el cubano Mike Brito, el descubridor del Toro para los Dodgers. En 1979 el visor viajó a México para analizar al campocorto Ali Uscanga. Sin embargo, cuenta la historia que se quedó fascinado al ver el pitcheo de Valenzuela.
No fue un fichaje rápido, pues debió enviar informes a la directiva del equipo en Los Angeles para que pudieran aceptar a este joven jugador de 19 años. En el verano de 1979 finalmente se cerró el fichaje a cambio de 120 mil dólares por el Toro de Etchohuaquila.
Antes de poder jugar en el bullpen, Dodgers tuvo al Toro en labores del equipo AAA, un paso previo a las Grandes Ligas. En septiembre finalmente llegó con el equipo de lanzadores AAA y la historia cambió para siempre.
En 1981 ganó la Serie Mundial con récords para un novato, se convirtió en Novato del año, fue Pitcher del año y recibió el Cy Young, desatando así la Fernandomanía tanto en Los Angeles como en México, donde se le consideraba la gran estrella mexicana de la Major League Baseball.
Con Los Angeles Dodgers jugó 10 temporadas, de acuerdo con los registros oficiales de la MLB. Además de los Dodgers en las Ligas Mayores también jugó para Baltimore Orioles en 1993, luego con Phillies de Philadelphia en 1994. Posteriormente jugó dos temporadas y media con los San Diego Padres antes de terminar su paso en la liga norteamericana con St. Louis Cardinals, todo para acumular 2074 ponches que quedaron grabados en la memoria de los aficionados que tuvieron fortuna de verlo en el diamante.
En México se ‘retiró’ en dos equipos, primero en 2001 militó con los Naranjeros de Hermosillo y luego en 2004 volvió con las Águilas de Mexicali, donde fue pitcher por dos temporadas más hasta que la carrera tuvo su fin en 2006.
Fernando Valenzuela, el único mexicano con número retirado en MLB
Su legado es imborrable a tal grado que en 2023 los Dodgers retiraron su mítico número 34 mientras Valenzuela estaba en vida. La ceremonia para retirar el número se llevó a cabo previo al partido entre Dodgers y Colorado Rockies.
Casado con Linda Burgos, el Toro Valenzuela tuvo dos hijas y dos hijos, uno de ellos pudo integrar un equipo de San Diego Padres. En la vida profesional del Toro también destaca que fue inversor para comprar los Tigres de Quintana Roo. Siempre ligado al beisbol hasta su último momento.