El piloto español Carlos Sainz puso su nombre en la historia del Gran Premio de la Ciudad de México junto al de Jacky Ickx (1970) y Alain Prost (1990), todos pilotos de Ferrari y ganadores en cada una de las tres etapas que la Fórmula 1 celebró su carrera en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
Parecía que Max Verstappen iba a mantener su dominio en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca al rebasar al poleman en la primera curva, pero el español recuperó su puesto de honor tras un safety car que duró cinco vueltas y superar al neerlandés por el exterior. Con el aire limpio y Max preocupado más por defenderse de Lando Norris que de buscar superarlo, Sainz se encaminó a su cuarta victoria en la categoría.
“¡Gracias México! Es increíble ver a esta multitud, he sentido su apoyo toda la semana. Siento que tengo mucha afición aquí en México y me dieron mucha fuerza para hacer el fin de semana que he hecho”, reconoció el piloto de Ferrari tras completar las 71 vueltas y llevar al Cavallino Rampante a lo más alto.
“La verdad es que lo quería mucho, lo necesitaba también para mí, quería conseguirlo. Hace tiempo que digo que quiero una victoria más antes de dejar Ferrari y hacerlo aquí delante de esta multitud es increíble”.
Carlos Sainz espera un cierre extraordinario
Carlos vive sus últimas semanas con el mono rojo tan icónico de la Fórmula 1. Le quedan Sao Paulo, Las Vegas, Qatar y Abu Dabi para formar parte de Williams, por lo que espera disfrutar al máximo esta experiencia y buscar otra victoria antes de ponerle fin a cuatro años como parte de la familia de Maranello. “Ahora, a cuatro carreras de distancia, quiero disfrutar al máximo y si viene otra, ¡iré por ella!”, dijo.
Cuando se le preguntó sobre su decisivo adelantamiento a Verstappen para ponerse en cabeza, Sainz añadió: “Para ser sincero, no lo preparé. Simplemente estaba un poco molesto al principio, porque perdí la posición con él.
“Me dije: ‘Tengo que sorprenderlo de una forma u otra’, porque Max es muy difícil de superar, lo ha demostrado muchas, muchas veces. Yo estaba un poco atrás, pero me dije: ‘No tengo nada que perder, solo voy a enviar una por dentro’”.