La aventura por la Primera División apenas duró ocho años, sin embargo ese tiempo bastó para que Toros Neza sea hasta la fecha uno de los equipos más recordados en el Futbol Mexicano, sin haber ganado un campeonato o formar una dinastía, solo con un estilo de juego aguerrido y vistoso, además de irreverente y colorido, que logró ganarse el cariño de su afición y la de otros equipos.
Por sus filas pasaron jugadores de la clase de Pablo Larios, portero mundialista con la Selección Mexicana, e incluso contó con el astro brasileño Bebeto, que tuvo un paso efímero por el equipo. Miguel Herrera, Antonio Mohamed y Guillermo Vázquez, que hoy forman parte de la baraja de entrenadores en México, fueron referentes, así como Rodrigo “Pony” Ruiz, Germán Arangio, Federico Lussenhoff, Javier Saavedra, entre otros, todos ellos bajo la conducción de Enrique “Ojitos” Meza.
Así era el Toros Neza con máscaras y cabellos pintados
Aquel equipo con Mohamed a la cabeza siempre será recordado por su buen futbol, además de la unión que había en un cuadro que jugaba en uno de los lugares de mayor marginación social de la zona metropolitana, como era Ciudad Nezahualcóyotl. Ahí, El Turco y compañía salían con el cabello pintado en tonos rojos, verdes y amarillos o decidían tomarse la foto oficial con máscaras en los días cercanos al Halloween.
Eso hizo que los Toros Neza se ganaran la admiración de la propia gente del barrio de Neza y también llegaron a ser adoptados como “segundo equipo” de miles de aficionados que querían ver ganar al outsider por excelencia.
El equipo mexiquense debutó en el Máximo Circuito en la Temporada 1993-1994 y desde su primer partido llamaron la atención, pues se impusieron al América en la cancha del Estadio Azteca, tras darle la vuelta al partido que perdían 2-0 al minuto 43. Al final, con dos goles de José Luis Malibrán y uno más de Manuel Negrete, se llevaron la victoria 2-3.
Si bien no pudieron meterse a la liguilla en su temporada debut en la Primera División, lograron la permanencia con 31 puntos, ubicándose en la posición 16, cuando descendía el último lugar.
En la Temporada 1994-1995 hicieron un punto más para cerrar en la posición 12. En la 1995-1996 sorprendieron con 50 unidades, sin embargo, debido al formato de clasificación, una vez más se quedaron fuera de la Fase Final.
La Final de Liga MX 1997 contra Chivas
En el primer torneo corto, Invierno 1996, fue cuando clasificaron por primera vez a una Liguilla tras vencer al León en el Repechaje. Incluso llegaron hasta Semifinales, donde fueron eliminados por Santos Laguna, que posteriormente levantó el título.
Su cumbre, luego de ganarse el cariño y la admiración de la afición debido a su estrafalario estilo para tomarse las fotos previas a los partidos, la alcanzaron en el Verano 1997 de la mano del entrenador, Enrique Meza. Toros Neza se metió a la Liguilla como el tercer mejor equipo, solo por debajo de América y Chivas.
En Cuartos de Final se impuso a los Pumas. Necaxa fue su víctima en las Semifinales y ya en la Final se topó con el Rebaño Sagrado, que no tuvo piedad y le ganó el campeonato con un marcador global de 7-1, con un 6-1 en la Final de Vuelta en la cancha del Estadio Jalisco.
Conocidas eran las extravagancias de ese equipo, donde el dueño, Juan Antonio Hernández, incluso llegaba a pagar con centenarios, como el propio Antonio Mohamed recordó en alguna ocasión.
“Juan Antonio Hernández iba al vestuario y traía la bolsa con centenarios, las dejaba ahí y Memo Vázquez y yo la guardábamos. Si perdíamos, venía un secretario y se las llevaba; si ganábamos, nos las repartíamos”, llegó a recordar El Turco.
¿Cuándo comenzó el declive de Toros Neza?
La debacle del club empezó con el milenio. Tras varios malos torneos, después del Verano 2000 y con solo 31 puntos en el año futbolístico, confirmó su descenso a la Primera División A, entonces la división de ascenso.
A mediados del 2002 el club se mudó y se convirtió en Gavilanes de Nuevo Laredo; un año más tarde la franquicia cayó hasta la Tercera División, quedando en el olvido aquel equipo humilde, estrafalario y atrevido.