El Real Madrid se sobrepuso a las limitaciones que le generan los problemas físicos y al “virus FIFA” para lograr en Butarque ante el Leganés un triunfo convincente (0-3) que le permite afrontar con buenas sensaciones su trascendental visita a Anfield para medirse al Liverpool.
Le tocó a Carlo Ancelotti poner en escena una defensa esperada en la previa aunque inimaginable en el arranque de la temporada, con Fede Valverde ocupando el lateral derecho en detrimento de los lesionados Dani Carvajal y Lucas Vázquez; y Raúl Asencio como compañero de Antonio Rüdiger en el eje tras confirmarse la baja de larga duración de Eder Militao.
Lo que no muchos vieron venir fue lo que se cocía en el centro del campo y en el ataque, no solo por la presencia en el once de los poco habituales Dani Ceballos y Arda Güler, sino por el desplazamiento de Kylian Mbappé hacia el costado izquierdo de la ofensiva con la consiguiente presencia de Vinicius Jr. en el medio.
Esa opción de mostrarse por fin en su hábitat natural despertó la voracidad del francés, que incendió su banda desde el pitido inicial y vio portería a los diez minutos tras un pase en profundidad de primeras de Vinicius. Sin embargo, el gol fue anulado por fuera de juego, otro más en la lista del ‘9’ blanco, el que más cae en posición antirreglamentaria de LaLiga EA Sports.
Una situación semejante, en el otro área, vivió Munir El Haddadi, cuyo disparo posteriormente invalidado acabó estrellándose contra el larguero. El hispano-marroquí, al que se presuponía extremo de partida, se ubicó en la delantera junto a Miguel de la Fuente. Por detrás, una línea de cuatro en la que cayeron hacia los lados Darko Brasanac y Juan Cruz, más peligroso este último cuando le movieron desde la izquierda hacia la derecha.
La buena presión de Eduardo Camavinga le orientó hacia la zona donde estaba Jude Bellingham, quien le rebañó el esférico. Este acabó cayendo a los pies de Vinicuis, que, tras sortear la entrada de Sergio González, solo tuvo que levantar la cabeza para regalarle el tanto a Mbappé al filo del descanso.
Este domingo inició la acción Dani Ceballos, dejó el balón muerto Güler y el zapatazo del uruguayo desde el mismo sitio entró por el primer poste. En ambos casos, un golazo.
Con todo ya de cara, el resto fue un viaje de placer hasta el minuto noventa por la autopista que habilitó un equipo local que buscó recortar distancias pese a que ni estaba ni se le esperaba. En ella brillaron las carreras tras balones a la espalda, como una de Mbappé, que no pudo superar en el mano a mano a Dmitrovic.
Menos vistosa, pero más efectiva, fue la situación que dio origen al 0-3 definitivo, obra de Jude Bellingham tras rematar de cabeza a placer un balón rechazado por el larguero posterior a un tiro de Brahim Díaz que tropezó en un defensa. Fue la guinda a un triunfo sólido y convincente, de los que necesita el equipo blanco para encaminarse hacia su mejor versión.