Elena Gouliakova, quien antaño fue reconocida como una patinadora profesional en Rusia, llegó a Monterrey junto a su pareja en busca de una oportunidad para dar clases de patinaje en el Deportivo San Agustín y en el Alpino Chipinque.
No obstante, el aparente abandono de quien fuera su entrenador y pareja sentimental, además de su depresión y esquizofrenia diagnosticada, la llevaron a vivir en las calles del centro de Monterrey.
Recientemente, la expatinadora fue vista nuevamente en dicha zona, tras cuatro años de su primera aparición como indigente. Esta vez apareció en la misma calle Morelos, en donde fue captada por algunos usuarios, quienes subieron las fotos a redes sociales.
Emotiva historia de un exestudiante de Elena
Particularmente, a través de una publicación de Facebook, un usuario relató que encontró a su exmaestra de patinaje que enseñaba en clubes de San Pedro Garza García pidiendo limosna y siendo alimentada por la caridad de los transeúntes.
“Paseando por el pasaje Morelos, reconociendo un rostro de mi niñez, decidí exclamar: ¡Elena! ¡Elena!… Mirándome fijamente a los ojos, decidida a responder: ¡No reconozco! ¡No reconozco! ¡Soy empresaria! ¡Trabajo en Promoda! Improvisando su válvula de escape, así decidió aquella mujer de ojos azules y cabello dorado evadir cualquier entrevista vana”.
“Fue así como volví a reencontrar en el mismo lugar pero 13 años atrás a mi antigua entrenadora de patinaje artístico sobre hielo, de los prestigiados clubs de San Pedro y quien, a su vez, trajera por primera vez a Latinoamérica Papá Burguete en 1994”.
El usuario contó la emotiva historia y pidió a la gente regiomontana que se compadeciera de la patinadora, ofreciéndole comida, aunque aseguró que ella no estaba dispuesta a recibir alojamiento:
“Elena Gouliakova, quien fuera alguna vez patinadora estelar del famoso espectáculo Holiday On Ice, y quién estuviera casada con el también entrenador, su compatriota Nikolay Suetov, ejercería la profesión de coach en los períodos 1994-2010 finalizado así en el Deportivo San Agustín, sufrió de una depresión mayor que ya no podría superar y que se le complicaría por su Diagnóstico de Esquizofrenia Paranoide, dejándola discapacitada para poder valerse por si misma. Ahora, deambula en las calles sobreviviendo de la generosidad de la gente y de las limosnas que pudiera conseguir…”.
“Hoy en día luce un poquito más llenita , pero esas chapitas rojitas y esos pómulos prominentes en esa caucásica piel, sobre salen ante la multitud de los regiomontanos…”.
“Si la llegasen a encontrar por favor no duden en ofrecerle un poquito de su ayuda, y dejarle un hola,pues es amable, empática y le encanta estar rodeada de gente, pues domina perfectamente el idioma Español e Inglés, y si hablan un poco de Ruso, con alegría los escuchará decir Privet!”.
