El 2024 fue el año de una de las mayores revelaciones a nivel personal. Yo me confesaba abiertamente antiamericanista, siempre dudé de la grandeza de ese club. Desde niño crecí con la narrativa de que al Américalo ayudaban los árbitros, la prensa y el aparato de medios de comunicación que estaban rendidos a sus pies, siempre dudé o puse en tela de juicio todos y cada uno de sus títulos. Yo era uno de esos aficionados que maximizaba cada una de sus derrotas y minimizaba cada triunfo… Pero, ¿saben qué? El 2024 lo entendí todo, entendí que no puedes ir en contra de la “naturaleza”, no puedes ir en contra de la lógica y 38 años después, comprendí que este equipo está hecho de otro material, tiene otro ADN. Las Águilas del América demostraron que son una organización distinta al resto de los equipos de la Liga MX, tienen un proyecto sólido desde cualquier aspecto y punto de vista que se quiera analizar, pasando por lo deportivo, por la parte de gestión de activos, estructura de mercadotecnia y comunicación. No lo digo solo por el enorme logro de ser tricampeón, y haberle ganado a los que también son candidatos recurrentes al título, lo digo porque ahora entiendo a la perfección lo que genera, lo que mueve, lo que envuelve el americanismo. Para dimensionarlo mejor, cerramos el 2023 con el América campeón y ahora, este 2025 lo estamos iniciando con el América campeón. Ojo, sigo sin ser fanático del equipo, sigo sin “irle”, pero eso no quita que hoy reconozca que es el más grande de todos.
Este año que estamos concluyendo no solo fue revelador por lo que les confesé en el inicio de la editorial, también lo fue porque entendí otra “grandeza”. Finalmente me cayó el veinte de lo que significó la carrera de uno de los tres más grandes ídolos de este país, la noche del 22 de Octubre, aproximadamente a las 9:30 de la noche nos enterábamos del fallecimiento de Fernando Valenzuela, un hombre que nos demostró con sus más de 17 temporadas en Las Grandes Ligas que no solo era amado y reconocido en México, era un verdadero ÍDOLO en los Estados Unidos. Fernando jugó en Los Dodgers de los Ángeles en un momento complicado (aún más que hoy en día), en un momento donde la discriminación y el rechazo a los mexicanos y latinos en general era sumamente marcado. Con base en su talento, carisma y su gran profesionalismo, hizo que todo el mundo lo volteara a ver, los niños de los 80 y los 90 crecieron con este super héroe, crecieron con este hombre que lo ganó todo. Ahí nos empezamos a dar cuenta que los mexicanos éramos “chingones” para lo que nos propusiéramos. DEP el gran ídolo, el gran ser humano, él que nos inspiró a todos, Fernando Valenzuela.
Otro momento que no quiero dejar pasar son los Juegos Olímpicos de París 2024, que estuvieron envueltos por el descontento social y los problemas políticos de la propia sede, pero que como siempre, cada uno de ellos nos termina sorprendiendo. La actuación de la delegación mexicana fue buena, a secas. Se obtuvieron algunas preseas y logros que no estaban presupuestados, se sigue trabajando de una manera que no le funciona al deporte mexicano.
Quedan muchas cosas y temas pendientes, pero me quiero despedir con una reflexión y un reconocimiento a todo el equipo de trabajo que tengo a mi cargo. No voy a referirme solo a mediotiempo, sino de todas las marcas de deportes que integran el portafolio de Multimedios.
Estoy convencido que tenemos el mejor y más robusto equipo editorial de este país, gente comprometida, gente trabajadora y grandes profesionales. Ha sido un año de muchos cambios en la manera de trabajar y en la manera de contar historias. Todo esto lo hacemos para ti, para ti que nos lees en este anuario, para ti que te metes a internet, para ti que consumes redes sociales, para ti que enciendes tu televisor y para ti que no nos lees todos los días en el periódico. Siempre pensamos en ti, querido lector.
¡Que este 2025 sea un gran año!
