Hay equipos que se ganan la admiración, otros la envidia y unos cuantos el odio. Y luego está el Necaxa, el equipo más bonachón del fútbol mexicano. Sí, porque nadie odia al Necaxa. No hay grandes polémicas, escándalos ni rivalidades históricas llenas de rencor. Los Rayos son ese amigo tranquilo, el que no hace ruido, pero que, cuando menos lo esperas, te sorprende con una gran historia. Y parece que estamos viviendo una de esas nuevamente.
Porque ¿qué está pasando en Aguascalientes? ¿Será que, después de años de vender talento al mejor postor, por fin han decidido apostar por un proyecto a largo plazo? ¿Será que Nicolás Larcamón es el mago que el club necesitaba para encender de nuevo la chispa? Sea lo que sea, algo es claro: el Necaxa ha vuelto a emocionar a su gente.
Necaxa: la esposa infiel del futbol mexicano
Amar al Necaxa no es para cualquiera. Es un amor de altibajos, de sacrificios, de noches gloriosas y amaneceres llenos de decepción. Es como estar casado con una esposa infiel: te promete estabilidad, te hace soñar con una gran historia de amor… y luego te deja con el corazón roto. Pero ahí seguimos, porque el Necaxa tiene algo que no se encuentra en cualquier equipo: una mística que solo entienden los que han sufrido con sus colores.
Y justo ahora, cuando la Feria de San Marcos está a punto de explotar con más de 10 millones de visitantes, los Rayos están encendiendo otra vez la ilusión. No pudo haber mejor momento para volver a los reflectores. La gente está en modo fiesta, el ambiente es de celebración y el Necaxa parece decidido a sumarse a la alegría con un futbol que vuelve a recordarnos sus mejores épocas.
Larcamón: el arquitecto del nuevo Necaxa
Si alguien merece reconocimiento en esta historia es Nicolás Larcamón. El argentino ha demostrado en Puebla y León que sabe cómo exprimir al máximo los recursos que tiene. Y con el Necaxa no es la excepción. Su equipo juega con intensidad, con idea, con atrevimiento. No es un milagro, es trabajo puro.
No es coincidencia que los jugadores se vean diferentes. Hay un equipo que cree en sí mismo, que no juega a especular y que vuelve a ilusionar a una afición que ya estaba resignada a ver a los Rayos como una simple academia de exportación. Pero ojo, esta historia solo será de éxito si esta vez no venden a sus mejores jugadores en cuanto brillen un poco.
Necaxa vs. Inter Miami: un duelo con historia oculta
Y como si el destino supiera que era el momento perfecto, el Necaxa ahora tiene enfrente un partido con tintes épicos: se medirá contra el Inter de Miami de Lionel Messi. Un encuentro que, más allá de lo deportivo, representa una oportunidad gigantesca para que el club se haga notar a nivel internacional.
Porque si lo pensamos bien, el Necaxa fue el mejor equipo de México en los noventa, un club que dominó una era con un fútbol cerebral y efectivo. Ahora, enfrentarse al equipo que tiene a Messi no solo es un reto en la cancha, sino una oportunidad para recordar al mundo que el Necaxa es más que un club que vende jugadores: es un equipo con historia, con títulos y con identidad.
¿Un documental del Necaxa? ¡Es lo que necesitamos!
En los últimos años, equipos como el Sunderland, el Wrexham y hasta el América de Cali han protagonizado documentales que han capturado la esencia del fútbol más allá de la cancha. ¿Y qué mejor historia para contar que la del Necaxa?
Un equipo que fue grande, que cayó en la sombra, que se convirtió en un vendedor de promesas y que ahora parece estar reencontrando su camino. Un club con una afición noble, con una ciudad que lo arropa y con una historia llena de giros inesperados. Si alguien en Netflix o Amazon está leyendo esto, es hora de encender las cámaras y empezar a grabar.
El torneo mexicano necesita al Necaxa
El fútbol mexicano necesita clubes con identidad, con historia, con alma. En una liga donde los reflectores suelen apuntar a los mismos equipos, el Necaxa está metiendo de nuevo la emoción, el factor sorpresa, el toque de rebeldía que tanto hace falta.
¿Será este el resurgir definitivo de los Rayos? No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que, por primera vez en mucho tiempo, el Necaxa no es un equipo que pasa desapercibido. Y eso, para los que han estado ahí en las buenas y en las malas, ya es un triunfo.
Lo demás, como siempre, se lo dejamos al destino.
