A ti, que vienes a México

Hay ocasiones en que un país no solo recibe turistas: recibe hermanos futboleros. Y hoy, México, esta tierra de volcanes imponentes, playas infinitas, tacos adictivos y abrazos que parecen mantas, quiere hablarte a ti, aficionado de cada una de las selecciones que están por pisar nuestras canchas y a conocer nuestras inolvidables tierras.

Porque este Mundial no lo estamos esperando con ansias. Lo estamos esperando con mucho amor. Aquí va, de mexicano apasionado por los mundiales, a aficionado del mundo que nos visitará:

A ti, Países Bajos.

Prepárate, porque en México la vida no está pintada de naranja… ¡está pintada de todos los colores posibles! Tú vienes de un país donde los tulipanes crecen alineados; aquí las jacarandas brotan donde quieren y aun así se ven hermosas. Te vamos a recibir con playas que parecen espejos, con tacos que no tienen explicación científica y con una afición que entiende perfecto tu futbol: elegante, cerebral, pero con chispa.

Cuando metas un gol, grítalo fuerte: aquí nadie se espanta. Aquí celebramos hasta el amanecer.

A ti, Japón.

Bienvenido a un país que, igual que el tuyo, respeta los rituales: aquí también agradecemos por la comida, cuidamos las tradiciones y nos inclinamos ante lo bello. Cuando camines por México verás que somos un caos organizado… o una organización caótica, tú decides. Pero te va a encantar.

Si te emociona la precisión japonesa, espera a ver cómo una tortilla se infla en el comal con la exactitud de un reloj. Y si crees que el sake calienta el alma, prepárate para el mezcal.

Nos une la pasión por el respeto, por la estética y por el honor. Este Mundial, Japón, México te lo celebra con honor y luego te invita unos tacos.

A ti, Portugal.

Cuando desembarques aquí, navegante moderno, sabrás que tocaste un puerto amigo. México también es mar: mar de gente, mar de cultura, mar de emociones. Si te conmueve un fado, espera a escuchar un mariachi en vivo: es la misma tristeza hermosa, pero con trompetas que te levantan el corazón.

Aquí vas a comer pescados que te recordarán al Atlántico, pero con un toque de chile que hará que tus antepasados marineros aplaudan desde el cielo.

Tu pasión por este deporte y la nuestra se van a encontrar como dos olas que chocan: con fuerza, con nostalgia, con alegría.

A ti, Corea del Sur.

Coreano, prepárate: México te adora desde antes de que nos conocieras. Aquí bailamos K-pop sin pena, comemos kimchi con orgullo y admiramos tu disciplina como quien admira un arte marcial.

Cuando estés en nuestras calles vas a sentir algo familiar: la mezcla entre tradición profunda y modernidad acelerada. Y cuando tu estés el estadio, te darás cuenta de que tus cánticos combinan perfecto con nuestros gritos.

Tenemos algo en común: creemos en el futuro, pero honramos el pasado. Este Mundial será nuestro puente.

A ti, Colombia

Hermano colombiano, esta fiesta es tuya. Tú ya sabes cómo se arma un desorden bonito, así que México solo te pide dos cosas: ríe mucho y come más.

Aquí tus pasos van a sonar a cumbia y a son jarocho, a vallenato y a banda sinaloense. En nuestras montañas vas a sentir ecos de los Andes; en nuestra costa vas a encontrar calor tan sabroso como el de tu Caribe.

Y cuando entres al estadio, la mezcla será perfecta: alegría colombiana con desmadre mexicano.

Hermano, esta Copa será una rumba histórica.

A ti, Sudáfrica.

Amigo sudafricano, sabemos que vienes de un país donde la naturaleza manda. Pues aquí también: los desiertos rugen, las selvas cantan y los mares golpean como tambores ancestrales.

Tú viviste un Mundial inolvidable en 2010; ahora te toca descubrir por qué México ha sido, tres veces, la fiesta del mundo.

Si extrañas el sonido de las vuvuzelas, no te preocupes: aquí tenemos algo más poderoso… el mexicano gritando un gol.

Eso, amigo, sí retumba.

A ti, Uzbekistán.

Tal vez México te suene a un destino lejano, pero cuando pises nuestras tierras descubrirás un parentesco inesperado. Tú vienes de Samarcanda, joya histórica del planeta; nosotros tenemos ciudades donde el tiempo también se viste de colores: Oaxaca, Guanajuato, Campeche.

Tus mercados están llenos de especias; los nuestros, de aromas que hipnotizan. Tus historias viajan por la Ruta de la Seda; las nuestras, por siglos de culturas que aprendieron a convivir.

Tu selección es una sorpresa para el mundo. México adora las sorpresas.

Bienvenido: aquí vas a brillar.

A ti, Túnez.

Tunisino, trae tu amor por el Mediterráneo, por los mosaicos, por la arena infinita… aquí tenemos paisajes que te van a hablar en tu mismo idioma. En nuestras playas verás tonos que reconoces; en nuestros desiertos sentirás un guiño del Sahara.

Y cuando pruebes un taco al pastor, entenderás que México también es un país de especias, de fusión, de historia milenaria.

Viajas desde muy lejos, pero te prometemos algo: vas a sentirte en casa.

A ustedes, Dinamarca, República Checa, Macedonia del Norte o Irlanda.

Ustedes llegan con la emoción del repechaje, con esa vibra de ‘el que llegue, llega con hambre’. Y México adora a los que vienen así: decididos, valientes, listos para sorprender. Seas danés, checo, macedonio o irlandés, aquí te espera un país que entiende de luchas, de segundas oportunidades y de milagros futboleros. Si vienes de tierras frías, te calentará nuestro sol; si vienes de ciudades históricas, te enamorarán nuestros pueblos mágicos; si vienes de montañas europeas, nuestras sierras te maravillarán.

Y cuando escuches un estadio mexicano cantar, vas a saber que este repechaje no solo te trajo al Mundial, te trajo a la fiesta más grande del planeta.

Y a ti, hermano mexicano.

Prepárate.

Otra vez vienen a nuestra casa.

Otra vez somos anfitriones del planeta.

Otra vez el mundo nos mira, nos admira y ansía para celebrar.

México, la fiesta vuelve.

Y nosotros, los fiesteros profesionales, estamos esperando al mundo con los brazos abiertos y el corazón encendido. ¡Seamos los mejores anfitriones de la historia!

Tres Mundiales después, seguimos siendo lo mismo, pero mejorados:

un país que convierte el futbol en magia, y la magia, en hospitalidad. Porque México está mejor que nunca y lo demostraremos con nuestro cariño al mundo.

Seamos amables; cálidos; embajadores todos, del país más cálido y hospitalario del mundo.

Bienvenidos todos. Esto es México.

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