En Medellín el apellido Juárez no sólo está de moda, sino que se ha posesionado en las entrañas de la mayoría de la capital del Antioquía, y la razón responde a que es el apellido de Efraín Juárez, si ese técnico quien, hasta hace cuatro meses, era un desconocido no sólo para la afición del Atlético Nacional, sino para todo Colombia.
El novel estratega irrumpió el balompié colombiano desde que en agosto pasado se anunció que llegaba para dirigir al equipo más importante e influyente del balompié cafetalero, porque a excepción de los directivos del cuadro verdiblanco, nadie confiaba en su capacidad, porque esta sería su primera oportunidad como entrenador en solitario.
De entrada, fue tratado como un desconocido, sin los blasones para hacerse cargo del club más ganador, el cual le ha dado un lustre sin precedentes al futbol colombiano a nivel internacional, en pocas palabras, la afición y sobre todo la crítica deportiva, considero que se había puesto en manos de un “Don nadie” la historia del Nacional.
Pero en cuatro meses con trabajo, entrega, compromiso y ante todo resultados, ese “desconocido” e “inexperto” entrenador ha dado un golpe de autoridad y credibilidad para hacer frente a sus detractores quienes, desde un micrófono o envueltos en la modernidad de las redes sociales, pretendieron echar abajo su contratación.
Efraín desde que fue buscado por la actual directiva del Atlético Nacional entendió que era una oportunidad que no era fácil dejarla escapar, porque era algo que ya venía contemplando cuando aún era auxiliar del técnico noruego Ronny Deila en el Standard de Lieja y Brujas de Bélgica.
Juárez estaba consciente que llegaba a su debut como entrenador sin la experiencia que le exigían los críticos en Colombia, pero siempre confió en la preparación académica y en el campo acumulada en los últimos seis años que trabajo al lado del noruego Deila, y así fue como afronto el reto de llegar al Atlético Nacional.
De hecho, esos argumentos fueron los que terminaron por convencer a la directiva, misma que se decidió por el joven estratega mexicano por encima de otras opciones que se supone tenían en cartera como el argentino Hernán Crespo, y otros nombres, pero ellos se decantaron por algo diferente que percibían les podía dar resultados favorables.
Una apuesta que los puso en el centro de los ataques mediáticos y de la misma afición de los verdolagas, pero el tiempo le ha dado la razón a la dirigencia, respecto a lo que en su momento proyectaron cuando decidieron darle el trabajo a Efraín Juárez en sustitución del uruguayo Pablo Repetto.
Efraín junto con su equipo de colaboradores donde está el también mexicano Luis Ernesto Pérez, están a un paso de consumar su arribo a la historia del Atlético Nacional, y hacer el doblete, porque apenas el fin de semana anterior, logaron el título de Copa, y el próximo domingo van por el de liga ante Deportes Tolima, luego de empatar 1-1 en el primer juego de la serie.