El Sky Bar del Santiago Bernabéu, diseñado como el espacio más exclusivo del renovado estadio, se ha convertido en un problema mayúsculo para el Real Madrid. Concebido como un bar-restaurante de lujo con vistas privilegiadas, el proyecto debía generar hasta 15 millones de euros anuales, pero permanece cerrado debido a incumplimientos contractuales, deudas millonarias y disputas legales.
El origen del problema
En julio de 2023, el Real Madrid adjudicó la gestión del Sky Bar a Anastia Gourmet Hostelería, una sociedad sin experiencia ni solvencia económica, con un capital inicial de apenas 3,000 euros. Aunque existían propuestas de empresas de prestigio, el club confió el proyecto a Anastia, cuya administración estaba vinculada a Julio Mañas, antiguo propietario de la desaparecida cadena de cafeterías Vait.
Desde el inicio, Anastia acumuló retrasos y deudas, dejando a proveedores y empresas involucradas en la obra con impagos que superan los cuatro millones de euros. Estas empresas, claves para la obtención de la licencia de apertura, se niegan a validar los trabajos realizados hasta recibir el dinero adeudado.
Además, Anastia habría utilizado el prestigio del Real Madrid para obtener adelantos de grandes marcas como Heineken y Schweppes, que aportaron fondos con la expectativa de participar en el proyecto. Sin embargo, estos recursos no se destinaron al pago de los costos de construcción, generando desconfianza y denuncias de posibles irregularidades.
Intentos fallidos de reactivación
En agosto, el grupo García-Delgado adquirió el 51% de Anastia por 250,000 euros, comprometiéndose a inyectar seis millones en un plazo de 30 días para saldar las deudas y reactivar el proyecto. Sin embargo, a noviembre, los pagos prometidos no se han realizado. Peor aún, García-Delgado habría intentado subastar el Sky Bar a terceros por 20 millones, lo que desató la ira del Real Madrid.
El club, decidido a recuperar el control, activó su maquinaria legal para rescindir el contrato con Anastia y prohibió a sus responsables el acceso al estadio. Anastia, por su parte, respondió interponiendo una demanda contra el Real Madrid por 16 millones de euros, alegando derechos sobre el espacio.
Un futuro incierto
Mientras el caso se dirime en los tribunales, el Real Madrid ya busca un nuevo gestor para el Sky Bar. Aunque hay interés de empresas sólidas, el club enfrenta el desafío de garantizar que la próxima adjudicación evite errores del pasado. El cierre del Sky Bar representa un obstáculo más en un proyecto de remodelación que ya habría duplicado su costo inicial. Por ahora, el exclusivo espacio sigue apagado, un recordatorio del complicado camino hacia su apertura.