Henry Martín lleva ya siete años en América, el delantero que llegó de la frontera norte a la capital del país en busca de un sueño, lo ha cumplido a niveles inimaginables; no solo fue campeón de Liga MX en su primer año, no solo ha ganado un título de goleo con las Águilas, no solo se proyectó a un Mundial, también se convirtió en el capitán y líder moral del equipo más grande de México, fue él quien levantó al cielo los trofeos del histórico tricampeonato.
¿Cómo ha pasado el tiempo?
“Rapidísimo. Un abrir y cerrar de ojos que ni cuenta me he dado y ni tiempo me ha dado también de sentarme a pensar lo que se ha conseguido“.
Ya eres uno de los goleadores históricos, ¿lo imaginabas?
“No, realmente no; cuando tenía setenta y tantos, e iba a alcanzar a Oribe, lo veía muy lejos, no era como un objetivo o un sueño meterme ahí. Las cosas se fueron dando; empecé a alcanzar a uno, luego a otro, se volvió un objetivo, en un reto y es en lo que se ha convertido”.
En 2018 venías por el puesto…
“Sí, no es que tú llegues y digas ‘bueno, quiero ser el capitán en algún momento o quiero ser el goleador’, pero sí quiero ser el del puesto, porque eso es por lo que venimos, uno quiere estar dentro de la cancha. Me ha costado mucho conseguir lo que he conseguido, me ha costado mucho lograr los objetivos, me ha costado lágrimas, me ha costado mucho sudor, muchos dolores, y bueno; ha valido la pena cada maldito dolor, cada maldita lágrima, cada maldito momento, tanto bueno como malo”.
¿Cuál fue el más duro?
“El 2020-2021, cuando no le metía gol ni al arcoíris, fue el momento más difícil de mi vida y de mi carrera profesional. Ese fue el que más sufrí, pero a la postre fue el que más disfruté cuando salí de ese momento”.
Y el 2024 fue para enmarcar, ¿ya dilucidaron en el vestidor lo que consiguieron?
“Realmente es muy difícil porque te vas de vacaciones, la gente te hace sentir ese cariño, pero es muy difícil, regresas y es como ‘güey, ya estamos iniciando’. O sea, nosotros no hemos iniciado el torneo, pero el torneo ya inició. No nos da tiempo de poder relajarte y analizar ‘ya conseguí esto’. O sea, realmente es ‘vamos por más’, queremos más y queremos conseguir más. Esa es la situación, es el día a día que vivimos, de alguna u otra forma viene bien porque no te deja relajarte ni conformarte con nada”.
¿Qué piensas de lo que generó este tricampeonato en el antiamericanismo?
“Creo que cualquier cosa que te diga va a generar polémica. Pero, a ver, si no fuese la situación a favor de América, no estaríamos hablando todavía de eso. Hay que ser realistas, como fue hacia el América al que se inclinó la balanza, hay muchas quejas, muchos llantos, muchas dudas… ya pasó un año, no te puedes quedar viviendo en el pasado. Tienes que vivir el presente, quedarte es de frustrados”.
¿Cómo no perder esa hambre y esa exigencia?
“Realmente es difícil. Al inicio cuando llegó André, nos puso un video de un entrenador de basquetbol que decía que lo difícil no era ganar el primer campeonato, lo difícil era mantener al equipo ganando, o sea, siendo campeón. Y ese era el objetivo de André hacia nosotros. Hay una competencia sana que incrementa la potencia del equipo. Esa es la clave del éxito, somos animales competitivos, no queremos perder en nada, a veces es bueno, pero también es malo porque no sabemos lidiar con la frustración de perder”.
¿Cómo valoras el gesto de André de quedarse?
“Cuando la noticia sale a mí, por supuesto que me mueve, por supuesto que me preocupa, porque lejos de lo que es André para la institución, hubiera sido como empezar de cero, ¿sabes? Se va el entrenador, ya tienes una mística con ellos, ya tienes un estilo de entrenamiento, sabes qué vas a hacer, ya estás preparado, y era mover todo y empezar de cero, con un nuevo entrenador es difícil, pero André -además- te inyecta esa hambre, esa ambición, él quiere ganar más, por algo no se va”.
“Su sueño, y todos lo sabemos, es dirigir en Europa y dirigir selección, él quiere eso. Para mí, dirigir su selección estaba más cerca yéndose, pero platicando con él es ver la familia que se ha construido, no es fácil. Lejos del dinero, lejos de lo que te pueda acercar a tus sueños, a veces en la vida hay que buscar la felicidad. Y me parece que André es feliz aquí. Su cuerpo técnico es feliz aquí. También nosotros somos felices trabajando con él”.
¿Cómo convences de que el grupo es lo más importante?
“Creo que todo eso viene del ejemplo. Los líderes de este equipo predicamos con el ejemplo, dentro de la cancha, fuera de la cancha. Hay momentos difíciles donde tienes que sacar el carácter y a mí me nace hacerlo”.