Fueron diez años de espera, pero todo valió la pena. No fue en el estadio Fray Nano, pero sí en el parque de pelota Alfredo Harp Helú: los Diablos Rojos del México disputan su primera Serie del Rey desde 2014 y lo hacen ante uno de los equipos de mayor tradición en la Liga Mexicana de Beisbol, los Sultanes de Monterrey.
Peloteros, mánagers, aficionados y medios de comunicación han dicho lo mismo: esta es la final soñada para los amantes de la pelota de verano de nuestro país. No podría existir un mejor sueño que éste. Y los aficionados respondieron a la altura de las expectativas en los dos primeros juegos de la serie, con más de 20 mil asistentes por encuentro y el ambiente que ha hecho del diamante de fuego uno de los grandes escenarios en lo que a entretenimiento en la Ciudad de México se refiere.
La localía se hizo presente con un buen número de camisolas escarlatas, pero sin duda que también hubo aficionados de los Fantasmas Grises, aquellos seguidores emocionados por ver a su equipo en estas instancias y ante un rival tan añejo como respetable.
“La Final soñada”
Don Jorge, con más de 40 años como aficionado del México, asistía a ver a los Diablos Rojos desde que jugaban en el extinto Parque del Seguro Social. “Gana Diablos, por supuesto. Yo creo que en unos cinco juegos”, comentó el aficionado a los micrófonos de Canal 6 Deportes.
Carlos, un aficionado más joven y con la franela de Monterrey, confía en que su equipo podrá imponerse al campeón de la Zona Sur. “Toda la temporada no pudimos enfrentar a Diablos, ahora que estamos en la Serie del Rey esperamos la victoria. Es la final soñada, de cierta manera”, indicó. “Si vas a ser campeón le tienes que ganar a cualquiera. Es una gran rivalidad siempre con los Diablos y yo creo que Sultanes se la llevará 4-1”.
Dos opiniones que chocan, pero que sin duda son provenientes de aficionados con algo en común: su amor por el beisbol y una fiesta que se sintió en el Estadio Alfredo Harp Helú, el epicentro de las porras y la algarabía por volver a ver una final de beisbol mexicano en la ciudad más grande del país. Una vez culminados estos dos juegos, la serie se moverá al Estadio Mobil Super. De Sultanes y Diablos dependerá si todo se resuelve allá o si tendrán que regresar a la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca.